El MET de Nueva York presume de grabados con obras de Durero, Goya, Rembrandt, Hopper...

  • El Departamento de Grabados del museo cumple 100 años y lo celebra con una gran exposición de obras del catálogo permanente.
  • Fueron el comisario fundador del departamento (William M. Irvins) y su sucesor (Alpheus H. Mayor) los impulsores de la colección, de cientos de miles de grabados.
  • La diversidad de épocas y estilos hacen de los fondos un conjunto enciclopédico.
'Adán y Eva', grabado de Durero de 1504
'Adán y Eva', grabado de Durero de 1504
Albrecht Dürer - © The Metropolitan Museum of Art, New York
'Adán y Eva', grabado de Durero de 1504

"Se dice que, de acuerdo a los estándares modernos, muchos de los grabados que Durero dio con orgullo a su gran amigo y patrón el Rey de Dinamarca eran impresiones mediocres. Un grabado que sólo es digno de tener excelentemente impreso, dudosamente merece tenerse impreso en absoluto. La impresión más pobre de un grabado realmente grandioso, no importa lo mala que sea, sigue siendo una gran obra de arte", escribió el estadounidense William Mills Ivins (1881-1961) en 1943.

Fue el primer comisario que tuvo el Departamento de Grabados del Metropolitan Museum de Nueva York, fundado en 1916. Irvins era un admirador incondicional de la técnica como ejemplo de que el arte no se rige por la excelencia, defendía que cada artista tenía unos baremos de calidad que no se correspondían necesariamente con un papel o una tinta de primera categoría.

Hasta el 22 de mayo en el neoyorquino MET, The Power of Prints (El poder de los grabados) resalta la nobleza de la técnica con obras de Durero, Goya, Rembrandt, Mantegna, Cassatt, Daumier, Toulouse-Lautrec, Hopper... Todos procedentes del catálogo del centro. La exposición conmemora precisamente el centenario de la creación del departamento y destaca la labor del comisario fundador y de su protegido el historiador del arte Alpheus Hyatt Mayor (1901-1980).

La entrada en la era de la información

Amasaron una colección de cientos de miles de grabados para la pinacoteca en los cincuenta años que abarcaron sus carreras. Desde el MET, se enorgullecen de tener ahora un corpus que, por la diversidad de épocas y estilos, resulta un conjunto enciclopédico e ilustra las aspiraciones que cada artista tuvo a la hora de emplear el grabado como técnica.

En su papel de comisarios durante el siglo XX, Ivins y Mayor interpretaron el grabado como la entrada en la era de la información, como un vehículo informativo que formaba parte de un cambio social. "La capacidad de diseminar imágenes idénticas a un mercado masivo tiene especial relevancia en cómo la gente ve, entiende y capta obras de arte", especifican los organizadores.

Incidiendo en que servían sobre todo para propagar ideas, Irvins insistió siempre en que fueron durante mucho tiempo "duplicados, como lo son hoy las fotografías" sin el valor que les damos hoy. Esa condición pasajera los hacía especiales. En el Renacimiento o en el barroco no eran más que herramientas de trabajo que ahora sin embargo se descubren como obras de arte por derecho propio.

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