Vende por internet un capitel de Medina Azahara porque dice tener permiso del Ministerio

  • El dueño asegura que la pieza llegó a su familia por un antepasado arqueólogo y que él la recibió en herencia al morir su padre.
  • Asegura que tiene el permiso del Ministerio de Cultura, a quien hace meses intentó venderle la pieza, pero le dijeron que "no había dinero".
  • Pide 41.000 euros, pero acepta menos para "montar un bar y salir del paro", en el que lleva seis años.
El Salón Abderramán III de Medina Azahara.
El Salón Abderramán III de Medina Azahara.
Cordobapedia/Justojosemm
El Salón Abderramán III de Medina Azahara.

Juan Manuel de Medina Ruiz es el "propietario legal" del capitel de Medina Azahara (Córdoba) que desde hace semanas está a la venta en un portal de internet. Residente en Madrid y miembro de una familia de origen sevillano, este "adiestrador de perros, camarero y motorista" lleva seis años en paro y explica que la pieza es "herencia familiar", y que cuenta con el permiso preceptivo del Ministerio de Cultura para venderla.

Tras la investigación abierta por la Junta de Andalucía, De Medina asegura que le llama la atención porque, según explica, tanto este capitel —una pieza de mármol con decoración trepanada de unos once siglos de antigüedad y obra de los talleres de Medina Azahara— como otro de época gótica y uno más que se ha "perdido", son propiedad de su familia desde hace muchos años y "en internet se venden todo tipo de cosas"

Juan Manuel ha relatado que su familia se hizo con los capiteles, al igual que con otras muchas piezas arqueológicas —entre las que cita una falcata íbera—, por un antepasado, arqueólogo sevillano "estrechamente vinculado al Museo Arqueológico de Sevilla", en virtud a que hace años, éstos "se podían quedar con una cantidad determinada de lo que encontraban".

El capitel llegó de ese modo a la familia hace en torno a un siglo y desde entonces "ha pasado de generación en generación por toda la familia De Medina".

Ya intentó subastarlo

Unos años antes de fallecer, su propio padre llegó a donarla al Museo Arqueológico Nacional, pero "nunca vinieron a por ella", ha relatado. "Le pidieron que la llevara él y él nunca lo hizo", ha explicado el actual propietario, que también recoge que cuando su progenitor murió y se repartió la herencia entre los once hermanos que son, la pieza le tocó a él, como recoge el "cuaderno particional" que, según dice, obra en su poder.

El año pasado, en el mes de junio, ya intentó vender el capitel, a través de Subastas Goya, como así atestigua el catálogo de las piezas que la casa de subastas puso a la venta en esa fecha. Juan Manuel de Medina mantiene que, para ello, obtuvo del Ministerio de Cultura "el permiso necesario" y fuentes de la sala también han explicado que, como es habitual en este tipo de ventas por pujas, el catálogo fue enviado a ese departamento para que señalara si alguno de los lotes contenidos era "inexportable".

El Ministerio no puso reparos a la venta del capitel pero nadie pagó los 5.000-6.000 euros que constituían el precio de salida de la pieza y la subasta de esta quedó desierta.

Lo vende para montar un bar

El permiso para vender el capitel aún es válido —caducará en el mes de abril— y De Medina, que lleva seis años en paro y necesita liquidez, quiere darle un impulso a su oferta y buscar un comprador que le pague, no los 41.000 euros del precio establecido en el anuncio de internet, sino una cantidad suficiente que le alcance para "montar un bar y poder trabajar".

De hecho, los precios que baraja son bastante más bajos que esos 41.000 euros. "Olvídense de los precios, si alguien me da 20.000 por los dos me quedo contento", ha dicho el dueño, que también ha explicado que hace meses ofreció su capitel al Ministerio de Cultura pero que este, aún "sin una tasación oficial", le contestó que "no había dinero" para este tipo de operaciones de compra.

Por el momento, De Medina ha tenido pocas ofertas y ninguna con visos de llegar a buen puerto. En diciembre —cuenta— un francés se mostró interesado pero "nunca más llamó"; y en los últimos meses, "alguien que dice llamar de Italia" le ha ofrecido en tres ocasiones diferentes comprárselo, pero las condiciones no le "convencieron" y le hicieron "sospechar" de una maniobra ilegal, por lo que no accedió a venderlo.

De Medina afirma que aunque la obra tiene los permisos para poder "exportarse" a él le gustaría que "se quedara en España". Su esperanza es que la venta sirva para poder montar un negocio "con el que salir del paro".

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