Entre las localidades gaditanas de Puerto Real y Jerez, está Kariba , la única granja en la que se crían cocodrilos del Nilo en Europa. También hay criaderos de estos reptiles en la República Checa, pero no proceden del río africano.

Hace 18 años, su propietario, José Ramón Conde, decidió abrir este negocio por consejo de un amigo africano. Probó suerte y se trajo del lago Kariba, situado entre Zambia y Zimbawe a 195 cocodrilos. «A partir de la reproducción de estos reptiles llegamos a los 1.800 actuales», asegura Conde a 20 minutos.

Las instalaciones, de 90.000 m2, se dividen en dos invernaderos, el de reproducción, en el que las hembras ponen los huevos y el de engorde, en el que se alimenta a las crias. «Los cocodrilos comen carne y pescado que les suministran cuidadores entrenadores», afirma Conde.

En las casi dos décadas que llevan abiertos al público nunca han tenido problemas. «Ningún cocodrilo se ha comido a nadie», dice irónico el propietario de Kariba.

Un negocio turístico y peletero

Alrededor de 2.000 personas al año visitan Kariba. Se puede incluso navegar por un río artificial con cocodrilos.

El negocio también está dirigido a la industria peletera. Con piel de cocodrilo se fabrican exclusivos bolsos y zapatos de primeras marcas. Un cocodrilo pequeño, de unos 30 centímetros, se vende por unos 100 euros, y uno de los grandes, de cinco metros de longitud, puede costar hasta 9.000 euros, según explica Conde.