El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha apostado este miércoles por convertir a Zaragoza en el centro distribuidor del 70 por ciento del PIB español, una aspiración "legítima" que pasa por reabrir el paso ferroviario internacional de Canfranc.

Así lo ha indicado a los medios de comunicación momentos antes de firmar un comunicado en apoyo a la línea ferroviaria Pau-Canfranc-Zaragoza en un acto celebrado en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, el que han asistido el vicepresidente de Desarrollo Económico de la Región de Aquitania (Francia), Bernard Uthurry, y 60 representantes de instituciones, empresas y sindicatos de ambos lados del Pirineo, entre otros.

"La modernización de la economía pasa por revitalizar a fondo la logística", ha señalado el presidente, quien ha expuesto que para que la capital aragonesa redistribuya el PIB del noreste de España es necesario "revitalizar una estructura ferroviaria antigua que en el año 70 dejó de funcionar" entre ambos lados de la frontera, el Canfranc.

Lambán ha defendido la reapertura para conectar Aragón y Aquitania con una vía de ancho europeo "que de alguna manera le daría a Zaragoza una situación inmejorable" para ser el principal centro distribuidor de mercancías de toda España.

Ha considerado necesario, asimismo, mejorar la conectividad con los puertos marítimos, convertir a la ciudad en el cruce de los ejes del Mediterráneo y el Atlántico, poner en valor el aeropuerto de carga e impulsar la plataformas logísticas.

La firma del comunicado debe servir para actualizar y formalizar el compromiso de todos los sectores económicos, sociales y políticos aragoneses "con este empeño que hace ya décadas de alguna forma concita la unanimidad de la sociedad y de la política aragonesa pero necesita ser actualizado".

Es necesario "ir a Europa con documentos solventes, buscar alianzas con Aquitania, constituir en Bruselas un lobby que apoye este proyecto y conseguir el apoyo del Gobierno de España", ha aseverado.

El presidente ha recordado que tras el cierre de la línea internacional del Canfranc en 1970 comenzó "una especie de melancolía y nostalgia que enfundó el aragonesismo de la época", pero ha emplazado a "superar esa etapa por otra de esperanza que alimente un aragonesismo moderno y que debe concitar a todos a trabajar en la modernización de la economía".

En este sentido ha incidido en que todos los actores implicados deben concentrar sus esfuerzos en sectores "en los que podemos ser realmente competitivos" como la logística, la agroalimentación, la cultura y el turismo.

UNIDAD

Por su parte, el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Gobierno de Aragón, José Luis Soro, ha agradecido la presencia de todas las personas que han participado en este acto que ha calificado como histórico. Ha señalado que la reapertura del Canfranc será posible desde la unidad.

Y ha hecho hincapié en la "necesidad de ir más allá de la nostalgia y cargarse de argumentos económicos y sociales que muestren la importancia que supondrá la reapertura de este paso transfronterizo". En su intervención ha recordado que, hace 150 años, se llevó a cabo una reunión de este tipo en la que se mostraba la apuesta por este eje transfronterizo. Y ha deseado que esta sea la generación "que veamos la reapertura del Canfranc".

Por su parte, Bernard Uthurry ha destacado la necesidad de llevar a Europa "una voz única" para que se entienda la importancia de esta línea. Ha planteado que se genere un proyecto global y ha hecho referencia al proyecto

Canfraneus ii, que está encaminado a la realización de estudios que muestren las fortalezas del proyecto y los estudios sobre las mejoras en la línea.

"necesario y vertebrador"

En un comunicado, que ha leído el periodista Ramón J. Campo, los firmantes han puesto de manifiesto que el Canfranc es un proyecto "necesario, vertebrador, sostenible, rentable y de desarrollo". Han expresado que el Canfranc mejora la oferta de transporte, permite ampliar los itinerarios, optimizar la seguridad y evitar el cuello de botella que supone el macizo pirenaico.

Además, facilita una "verdadera cohesión" de los territorios que recorrería, rompe el efecto frontera, "lo que le da un valor añadido europeo innegable", mejora la accesibilidad y la conectividad de la regiones de Aragón y Aquitania-Limousin-Poitou-Charentes, ordena el territorio transpirenaico, supone un ahorro "incontestable" de las emisiones de CO2 y tiene un coste "moderado".

El acuerdo recoge otras ventajas del paso internacional, por ejemplo que la inversión requerida es "económicamente sostenible", conectaría los principales puertos y plataformas logísticas de España y Francia, crearía riqueza y empleo, favorece el turismo.