Los carteles que encumbraron al esquí como deporte chic

  • En la primera mitad del siglo XX, los carteles daban un aura glamurosa a los complejos vacacionales de esquí para atraer a viajeros con poder adquisitivo.
  • Los afiches publicitarios se encargaban a diseñadores y artistas populares en el momento y se exhibían en agencias de viajes o estaciones de tren.
  • La casa de subastas Christie's despliega el atractivo de las obras en 'Ski Sale', la única venta anual centrada  sólo en carteles de esta temática.
'Invierno en Austria', uno de los carteles subastados en la 'Venta de esquí' de Christie's
'Invierno en Austria', uno de los carteles subastados en la 'Venta de esquí' de Christie's
Atelier Binder - © Christie’s Images Limited 2016
'Invierno en Austria', uno de los carteles subastados en la 'Venta de esquí' de Christie's

Bronceados que sólo se logran con el brillo de la nieve, la promesa de una aventura sin renunciar al lujo, trajes de esquí estilizados para moverse por la nieve sin perder un ápice de glamur... El estilo de los carteles turísticos se corresponde al aura chic de los destinos y al poder adquisitivo del potencial viajero.

De comienzos del siglo XX hasta los años sesenta, cada póster documenta el fenómeno de las vacaciones en la nieve. Desde que a mediados del siglo XIX las clases altas británicas adoptaran la práctica del esquí como símbolo de distinción social, cada complejo turístico invernal —St. Moritz, Chamonix, Davos...— competía por ser reconocido como el más bello y elegante.

La casa de subastas Christie's acaba de celebrar en Londres la última edición de su Ski Sale (Venta de esquí), la única dedicada en exclusiva a carteles de época que tuvieron como fin la promoción del deporte de invierno. La selección incluye anuncios, de atractivo nostálgico e idealizado, de los emplazamientos europeos más clásicos y otros que publicitan destinos más novedosos en los EE UU, Canadá y Nueva Zelanda.

Colores puros, cuidadas tipografías  y composiciones novedosas

Se encargaron las piezas a algunos de los diseñadores y artistas más populares del momento. Aquellos reclamos de colores puros, cuidadas tipografías y composiciones novedosas se exhibían en agencias de viajes, estaciones de tren y galerías de arte al aire libre y contribuyeron a que el deporte ganara en prestigio cuando todavía no era olímpico: en 1924 se incluyó el esquí de fondo en los Juegos Olímpicos de Invierno. Habría que esperar hasta 1936 para que se hiciera lo propio con el esquí alpino, sería en los juegos de invierno celebrados en la ciudad alemana de Garmisch-Partenkirchen (Baviera) durante el nazismo.

De sólo dos años antes es la obra más cotizadas del lote, Gstaad, vendida por 76.900 libras esterlinas (101.106 euros). Creado en 1934, el póster es obra del suizo Alex Walter Diggelmann (1902-1987) y tenía como fin la simple promoción de la estación invernal suiza de Gstaad, en el cantón de Berna.

Le siguen en la clasificación el impresionante salto de un esquiador de perfil en St.Moritz (1929) , un cartel subastado por 23.750 libras (31.251 euros) y obra de Carl Moos (1878-1959), que incluso ganó en 1928 una medalla en una competición artística englobada en las celebraciones de los Juegos Olímpicos de ese año, celebrados en Ámsterdam y Países Bajos. En el tercer puesto de los afiches más deseados está Zermatt (1908) de Emil Cardinaux, vendido por 17.500 libras (23.024 euros) y evocador del estilo art nouveau que triunfaba principios del siglo XX.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento