La presentadora Raquel Sánchez Silva tuvo que declarar como testigo el pasado lunes ante dos fiscales italianos que se desplazaron hasta España para tomar declaración a varias personas en relación con la muerte de Mario Biondo, el cámara de televisión y marido de la presentadora, fallecido el 30 de mayo de 2013.

Aunque el fallecimiento se produjo en nuestro país y la justicia española concluyó que se había tratado de un suicidio y cerró el caso, al tener nacionalidad italiana y haberse personado los padres del cámara en la justicia de ese país, en Italia hay abierta una investigación preliminar sobre el caso.

La tesis de los padres de Biondo, basada en dos informes de profesionales encargados y pagados por la propia familia, es que el marido de Raquel Sánchez Silva murió por causas violentas y no por suicidio. El primer informe que aportan asegura que el fallecido recibió un fuerte golpe en la cabeza antes de morir y el otro, que la escena en la que fue encontrado fue "preparada".

Así, los fiscales han tomado declaración en España a la presentadora, que estuvo declarando cerca de dos horas y media, a la asistenta que encontró el cuerpo sin vida, al representante de Silva, a su primo (que la trasladó en coche desde Plasencia cuando se conocieron los hechos), dos comerciantes del barrio que conocían a la pareja y algunos periodistas españoles que podrían tener información del caso, según publica la revista Lecturas.

Los padres del fallecido también se encontraban en Madrid, según informa el citado medio, pues querían estar cerca del proceso judicial. A su vez, ellos deberán declarar este enero por la demanda contra ellos que interpuso Raquel Sánchez Silva por acoso e injurias.

Ahora la justicia italiana debe decidir si considera que la muerte del cámara fue un asesinato o si se trató de un suicidio y por consiguiente, si abre un caso y una investigación formal o lo archiva.