El Gobierno gallego y las cuatro diputaciones se han dado "un plazo de un mes o mes y medio" para estudiar sus respectivos informes técnicos y decidir si el actual modelo de los consorcios de parques de bomberos comarcales cambia y pasa a ser de gestión directa, como demandan las instituciones provinciales de Lugo, A Coruña y Pontevedra, dirigidas por socialistas.

Tras reunirse con los cuatro presidentes provinciales, el vicepresidente, Alfonso Rueda, ha ratificado que la Xunta está "abierta" al cambio, aunque pone como condiciones que no se incremente el coste de la gestión, para la que el Ejecutivo reserva una inversión "muy importante", y que se busque una solución "jurídica" para el personal, cuya "transposición directa" ve difícil.

Al igual que el titular de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar (PP), que compareció en solitario después de él, Rueda ha destacado las bondades del actual sistema. También lo hicieron, en una comparecencia conjunta, los presidentes de A Coruña, Valentín González; Lugo, Darío Campos; y Pontevedra, Carmela Silva, los tres del PSdeG.

La encargada de intervenir en nombre también de sus compañeros fue Silva, quien destacó que el actual modelo funcionó "positivamente", aunque ha remarcado que tuvo cuestiones "mejorables". Dicho esto, ha subrayado que, en todo caso, las tres diputaciones no ligadas al PP consideran que las emergencias son un servicio "básico" y que su gestión debe ser "directa".

Silva ha constatado que abandonan la reunión "satisfechos" y ha agradecido a Rueda su apertura al "diálogo", para añadir que ahora esta petición política debe estar "avalada" por informes técnicos. También ha destacado que, una vez que se decida sobre el modelo de gestión, se abordará el cierre del mapa de emergencias en Galicia para que no queden zonas en la sombra.

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