La frontera del Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, se convierte en fiel testigo de estos pases en los que la picaresca demostrada por los inmigrantes llega a sorprender al agente de mayor antigüedad.
"Intentan a la desesperada entrar en Ceuta y lo hacen cada vez con mayor especialización", apunta a 20minutos.es un portavoz de la Benemérita. Esa mayor especialización a la que alude no es otra que la búsqueda de huecos que a simple vista no sean detectados por los agentes.
"Nos hemos encontrado a inmigrantes hasta debajo de las sillas de ruedas de minusválidos, tapados con la chilaba del que ocupa la silla. También ha habido casos en los que los han escondido dentro del motor o retirando el aire acondicionado, resultando complejo su detección", añade.
Una complejidad que se recrudece aún más en unas fechas como las actuales, coincidentes con la fase más crítica de la Operación Paso del Estrecho , cuando se espera que aumente el tránsito de marroquíes que utilizan el paso del Tarajal para regresar a Europa.
"Si de normal tenemos registro el paso de unos 30.000 vehículos, es en estas fechas cuando aumenta la presión y resulta más difícil controlar cada vehículo", completa la misma fuente.
600 euros por pasar a Ceuta
Eso lo saben los inmigrantes y las mafias que los explotan, haciéndoles pagar 600 euros únicamente por introducirlos por el paso fronterizo. Los escondites son tan variados como posibilite la imaginación y así se demuestran en los distintos casos que han integrado las actuaciones de las fuerzas de seguridad.
Una vez en Ceuta, los inmigrantes son acogidos en el CETI -Centro de Estancia Temporal- hasta que se tramita su traslado a la península o, en su detrimento y siempre que sea identificado- su expulsión al país de origen.
Un detalle que no conocen los inmigrantes ya que "cuando llegan a la ciudad se piensan que ya han terminado su viaje y que están ya en Europa, no es así, terminan desengañados", añade el agente.
La última intervención policial en este ámbito tuvo lugar ayer en el puerto. La Guardia Civil encontró a dos magrebíes escondidos en un contenedor de basura situado cerca del atraque de los barcos. Llevaban varios días sin comer, a la espera de embarcar en el ferry entremezclados con los residuos. No lo lograron. Estos no.
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