La segunda universidad más antigua del mundo, la de Oxford, está viviendo una segunda juventud. Y se lo tiene que agradecer a la 'generación Harry Potter', es decir, a los chicos que crecieron leyendo los libros de J. K. Rowling y viendo sus películas. El motivo es que estas obras han generado una mayor aceptación y un mayor interés en las ancestrales tradiciones de la institución.
"Es la generación que creció con Harry Potter. Reconocen los beneficios de una pequeña comunidad escolar, de las grandes mesas y de hablar de sus asuntos", dice Samina Khan, jefa de admisiones de Oxford, en declaraciones al Daily Mail.
Emma Hine, que es embajadora de estudiantes en el St. John's College, dice en el mismo medio que "los nuevos alumnos con los que hablo siempre se interesan en las ceremonias y en sus peculiaridades, y lo ven como positivo".
No en vano, el Christ Church College sirvió de escenario para el rodaje de las películas y su famoso comedor se replicó para crear el del colegio Hogwarts. Además, en Hogwarts los alumnos llevan uniforme, como en Oxford. De hecho, el año pasado se sometió a referéndum la conveniencia o no de llevarlo y el 'sí' ganó con un 75% de los votos.
Cada curso, hay 17.000 solicitudes para entrar en Oxford, siendo la oferta de plazas de 3.200.
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