La comunidad autónoma de Castilla y León estrena el año sin Impuesto sobre Hidrocarburos, denominado en su día 'céntimo sanitario', y que, desde su implantación en marzo de 2012, ha dejado en las arcas regionales un total de 305,61 millones de euros, a falta de liquidar aún los datos del último trimestre de 2015 que se conocerán en este ejercicio.

Esta es una de las principales novedades tributarias en Castilla y León para el nuevo año que empieza hoy y que arranca sin el tramo autonómico del 'Impuesto sobre las ventas minoristas de determinados hidrocarburos (IVMDH)' que durante casi cuatro años ha gravado el consumo de carburantes, primero al máximo nivel —4,8 céntimos por litro consumido, más IVA— y desde el 1 de enero de 2015 al mínimo de 1,6 céntimos por litro consumido, más IVA.

De este modo, Castilla y León se sitúa desde este 1 de enero de 2016 como una de las cinco comunidades autónomas, junto a País Vasco, Cantabria, La Rioja y Canarias, que no aplicará el tramo autonómico en el consumo de gasolina, gasóleo o queroseno, a diferencia de Aragón, que lo aplicará por primera vez este año por 2,4 céntimos/litro, y Navarra, que lo reimplanta también a 2,4 céntimos tras dos años de exención.

En concreto y según los datos facilitados a Europa Press desde la Consejería de Economía y Hacienda, 2014 fue el año que dejó una mayor recaudación por el Impuesto sobre Hidrocarburos, con 101,32 millones, de euros, a los que hay que sumar los 91,05 millones que se ingresaron en 2013 y los 85,86 millones que aportó el impuesto en los diez meses que estuvo en vigor en 2012.

Ya en 2015 y a falta de cerrar los datos de los tres últimos meses, la recaudación cayó hasta los 27,38 millones de euros ya que a lo largo del último año la Junta ha aplicado una rebaja de dos tercios que dejó precisamente el 'céntimo sanitario' al tipo más bajo de todo el país, a lo que se une que se ha mantenido la devolución íntegra del impuesto al transporte profesional.

La Junta ha apostado ahora por eliminar el Impuesto sobre Hidrocarburos para devolver parte del esfuerzo que se ha pedido a los ciudadanos en estos años de crisis, cuando en marzo de 2012 tuvo que acudir precisamente a la aplicación del 'céntimo sanitario' ante el estrangulamiento entonces de las arcas regionales.

Castilla y León fue una de las últimas comunidades en aplicar este tributo por la falta de recursos ordinarios vinculados, a su vez, a la mala situación de la economía si bien tanto el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, como la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, han defendido principalmente desde 2014 que el nuevo gravamen "no llegó para quedarse".

En concreto, este tributo propio llegó en marzo de 2012 en aplicación de la Ley de Medidas Tributarias, Administrativas y Financieras que acompañó a las cuentas de ese año y que incorporó el conocido entonces como 'céntimo sanitario' con la previsión, en ese momento, de ingresar 140 millones de euros a las arcas públicas con destino a la sanidad.

Según consta en la memoria de los presupuestos de 2015, la previsión para el citado año era inyectar por este concepto 65 millones de euros.

De ese modo, Castilla y León se sumó hace casi cuatro años a una normativa que ya existía en nueve de las trece autonomías de régimen común, incluidas las islas, y para la que apostó entonces por aplicar el tipo más alto que permitía la ley, 4,8 céntimos por litro de gasolina, gasóleo de uso general y queroseno y 0,2 céntimos por tonelada de fuelóleo.

Como ya hicieron el pasado año, tanto el presidente de la Junta como la consejera han advertido de que el Gobierno autonómico estará "muy vigilante" para que las estaciones de servicio contemplen la eliminación de la tarifa autonómica del Impuesto sobre Hidrocarburos para que repercuta efectivamente en el bolsillo de los consumidores.