Visión juvenil de la huida eterna del pueblo kurdo

El realizador iraní Bahman Ghobadi aborda la trágica historia reciente de este grupo de población perseguido desde el punto de vista de los más jóvenes
Un escena del largometraje Las tortugas también vuelan.
Un escena del largometraje Las tortugas también vuelan.
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Un escena del largometraje Las tortugas también vuelan.
El Mestival ilicitano, glorificación cultural del mestizaje, permite al aficionado acercarse, entre actuación musical exótica y muestra fotográfica singular, hasta otros fotogramas de cine que transcurren en parajes donde no se come, todavía, hamburguesas recauchutadas con chips.

Como ejemplo, el largometraje de hoy, Las tortugas también vuelan (Lakposhtha hâm parvaz mikonand, 2004; también conocida como Turtles Can Fly), donde el cineasta kurdo Bahman Ghobadi, nacido en Irán en 1968, cuenta la tragedia de su pueblo en los primeros momentos de la aún candente (pese a la sucesiva finiquitación oficial) guerra contra Irak.

Pero Ghobadi, en esta coproducción franco-iraní (con aportaciones iraquíes), lo narra todo con un enfoque más novedoso y original que requiere de una especial pericia en este arte, ya que la narración se afronta desde el punto de vista de los niños, algunos de ellos heridos reales en esa conflagración en la que viven eternamente.

En estas condiciones, el realizador demuestra su valía como creador de historias que no se arredra ante el reto de plasmar en imágenes el sentir y las emociones de unos protagonistas de difícil análisis psicológico. ¿Qué puede pasar por la mente de esas criaturas que desde tan corta edad se han familiarizado con el drama de la guerra?

Cuando un ser humano tiene como referencias prácticamente naturales de la vida la lucha diaria por la supervivencia, sus códigos de conducta se alteran y hay que saber retratarlos.

* Gran Teatre d’Elx, Kursaal, s/n, 17.30, 20 y 22.30 h. Precio: de 1,50 a 6 euros.

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