Un helicóptero de Bomberos de Asturias, que realizaba tareas de extinción en los once incendios que azotan Asturias, se ha estrellado este miércoles en Parres mientras realizaba maniobras en La Roza, y ha fallecido el piloto.

Según informa el SEPA, los medios movilizados hasta la zona lograron acceder a las 13.38 horas hasta el lugar del accidente y han confirmado que el piloto de la aeronave era el único ocupante.

La presencia de niebla y el humo que producía el incendio que intentaba sofocar desde su helicóptero son las causas más probables del accidente que este miércoles ha costado la vida al piloto José Antonio Rodríguez, natural de Madrid, pero residente en Menorca.

Rodríguez, de 49 años, trabajaba para la UTE formada por las empresas Coyotair y Taff, que tienen subcontratado el servicio de helicópteros del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA), que ha señalado que se trataba de un piloto experimentado que ya había trabajado en diversas ocasiones en Asturias.

Según ha señalado en Cangas de Onís el presidente del Principado, Javier Fernández, que se ha desplazado a la zona junto al consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, aunque todavía se desconocen las causas del siniestro "todo hace indicar que la niebla y el humo le llevaron a impactar contra la ladera".

El lugar del accidente, conocido como La Cuesta de Parres y ubicado en las inmediaciones de las localidad de La Roza, es una zona escarpada y de difícil acceso en la que aún trabajan los equipos de rescate para recuperar el cadáver y los restos del helicóptero.

Fernández ha expresado su solidaridad y dolor en nombre de todos los asturianos y ha trasladado su pésame a la familia del fallecido, al que ha mostrado además su agradecimiento por el servicio público que realizaba para intentar sofocar uno de los numerosos incendios que han afectado a Asturias en los últimos días.

Además, ha lamentado la "plaga" de incendios que ha sufrido Asturias, el origen de algunos de los cuales está siendo investigado por la Fiscalía y la Guardia Civil.

La aeronave pilotada por el fallecido era una las dos que hoy se encontraban trabajando en la comarca oriental de Asturias para, con agua que recogían del río Sella, intentar sofocar los dos incendios que aún permanecen activos en la zona.