Sus movimientos se asemejan a los de una mosca auténtica, y los investigadores detallan que su importancia proviene de que estas pequeñas máquinas se podrán utilizar en un futuro no muy lejano como espías, o para detectar productos químicos tóxicos.
Según Robert Wood, coordinador del proyecto, "la naturaleza ha creado a los mejores aviadores del mundo", y eso es lo que se ha pretendido imitar.
A ello se suma que su pequeño tamaño haría pasar a estos robots de forma inadvertida en todo tipo de situaciones.
La dificultad de este proyecto radica en que había que lograr imitar a una mosca en peso y tamaño, pero también tenía que ser un diseño robusto.
Pese a que ya se han desarrollado otros proyectos de este tipo, esta es la primera vez que se consigue una réplica tan pequeña que puede moverse de la misma forma que una mosca verdadera.
La investigación se encuentra aún en fase beta ya que, como puede verse en este vídeo, la mosca-robot sólo se mueve en una dirección. Los investigadores ya están trabajando en fórmulas para que pueda moverse en todas las direcciones.
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