El Juzgado de Instrucción Número 2 de Melilla ha condenado a Juan Carlos García, hijo del miembro del PP de Melilla Juan Carlos García Téllez, a indemnizar al periodista de Cablemel TV Javier García Angosto con 1.800 euros, al que propino una paliza. El agreso también tendrá que abonar una multa de 600 euros.

Como ya contaba 20minutos el pasado mes de junio, el periodista había publicado varios artículos sobre las posibles irregularidades cometidas en la adjudicación del chiringuito que el acusado tiene en la playa de la ciudad.

El propio Javier García ha declarado a este medio que la sentencia refleja que el magistrado "no ha creído nada de la versión del agresor, que afirmaba que tan solo reaccionó a mi actitud, así que en ese punto, estoy contento".

El juez considera probado que el acusado esperó en el portal de su vivienda al periodista para "recriminarle el contenido de distintos artículos que el periodista había publicado sobre su chiringuito. Al indicarle Javier García Angosto que cualquier queja que tuviera acerca de su trabajo podría presentarla ante la dirección de Cablemel, fue golpeado en la mandíbula por Juan Carlos García Sola, quien le propinó un puñetazo que le hizo caer al suelo".

"Una vez en el suelo, lejos de deponer su actitud, continuó propinándole patadas, al tiempo que le decía 'habla de mi, pero no mientas", afirma la sentencia que además detalla que el condenado llamó a un compañero del periodista para conocer sus horarios y acudió a la vivienda del periodista, haciéndose pasar por un empleado de Cablemel, y solicitó a su madre hablar con el periodista, tal y como relataba la versión de la acusación.

Sin embargo, el periodista destaca que "la sentencia no contempla los veinte días de baja necesité para recuperarme, ni el tratamiento psiquiátrico que estoy recibiendo".

Tras las denuncias del medio en el que trabaja Javier García Angosto, Cablemel TV, el Ayuntamiento abrió a concurso público la adjudicación de los chiringuitos.

El proceso, en cuyos criterios constan aspectos tan subjetivos como la decoración o la singularidad de la carta, se encuentra ya en su fase final.

Tan solo ha concurrido al proceso la empresa del agresor, por lo que con toda probabilidad volverá a hacerse con la concesión, con la que ya lleva tres años.