La gresca fue importante, según el relato de la Policía Municipal de Sestao. En medio de una trifulca con cuatro agentes locales, un hombre golpeó a su mujer embarazada y acusó a los policías de la posibilidad de que abortara. Todo ocurrió cuando los agentes fueron a comunicar a un campamento de diez caravanas que no podían estar en la zona, en el polígono Ibarzaharra, como prohíbe la ordenanza municipal. A consecuencia del aviso, dos hermanos, miembros de una «familia conflictiva» del municipio, agredieron a los agentes. Fueron detenidos, y uno de ellos, además, acusado de violencia contra la mujer.