El último borrador del pacto del clima sigue sin fijar temperatura o límites de emisión de gases

  • Los negociadores de 195 países y la UE tienen 24 horas cruciales para decidir cómo quedará finalmente el acuerdo de la Cumbre de París.
  • Los observadores internacionales dicen que todavía es un texto demasiado abierto, que puede acabar siendo vago o ambicioso.
  • "Estamos ante las 24 horas más importantes para salvar el planeta".
Vista del plenario de Le Bourget (París) donde se celebra la Cumbre del Clima.
Vista del plenario de Le Bourget (París) donde se celebra la Cumbre del Clima.
EFE
Vista del plenario de Le Bourget (París) donde se celebra la Cumbre del Clima.

El último borrador del próximo acuerdo del Clima de París, presentado este miércoles, ha concretado bastante el cuerpo del documento, pero mantiene todavía demasiados de los ya famosos corchetes (opciones a escoger) en los asuntos de máxima relevancia, coinciden todos los observadores que lo han analizado. Eso significa que de las negociaciones de las próximas 24 horas, que se presuponen muy activas, podría salir un acuerdo final desde vago a muy ambicioso.

Las claves de lo que queda por decidir según en el documento que el presidente francés de la Cumbre del Clima, Laurent Fabius, repartió a a todas las delegaciones pasadas las tres de la tarde, y que a los pocos minutos se filtraba por Twitter, las resumía el propio Fabius en el acto de entrega: "Ambición, financiación y diferenciación".

Ambición: Hace referencia a lo ambicioso que aspire a ser el acuerdo. En su artículo número 2 se definirá el objetivo del control del calentamiento global. Tal y como se venía anticipando, gana pulso la introducción de un nuevo máximo de temperatura admisible: el de 1,5 grados. Sin embargo, en el borrador están presentes tres opciones entre las que habrá que elegir una. La primera aboga por un obejtivo de, máximo, dos grados de temperatura de calentamiento global sobre niveles preindustriales. La segunda opción se marca el mismo objetivo, dos grados, pero con una apostilla que invita a un esfuerzo global hacia el objetivo del grado y medio. La tercera, la más ambiciosa, directamente marca un calentamiento máximo total de 1,5 grados.

"Es demasiado pronto para valorar el texto, pero la idea central es que la propia ambición del mismo sigue estando entre corchetes", aseguró Matthieu Orphelin, de la Fundación Nicolás Hulot, una de las ONG francesas con más peso en la cumbre. "El punto más importante todavía está en el aire", lamentó.

En el punto de la ambición del nuevo documento también arrecian las críticas por el cambio en las metas en la mitigación, es decir la reducción de gases de efecto invernadero. Las dos opciones actuales hacen referencia a la emisión neta de gases, la llamada "neutralidad climática", eliminándose del todo la posibilidad de que los países opten por la descarbonización (conseguir emisiones cero entre 2060-2080, decía el anterior borrador). Ahora el máximo sería bajar un 95% en 2100 y el mínimo, un 70% en 2050.

"Lo peor del texto en el que se está trabajando en París es la falta de concreción de un plazo para la eliminación de las emisiones de carbono y que los objetivos de reducción sean débiles", expone en un comunicado Greenpeace.

Financiación: Dos aspectos claves de la financiación cambian en el nuevo documento. Son, para bien, que habrá un equilibrio de fondos económicos para los proyectos de mitigación y de adaptación y, para mal, que no se aporta una cifra concreta. Sí sigue en pie la propuesta de conseguir 100.000 millones anuales a partir de 2020 para el cambio climático, de fondos públicos y privados, pero tampoco aquí se concreta revisar cíclicamente si ese fondo resulta suficiente para el reto que se ha marcado. Del anterior borrador, y todavía en el aire, entre corchetes, sigue la doble opción sobre si los países en vías de desarrollo tienen que aportar el mismo dinero que los desarrollados o entran en el grupo del sur global como defiende, por ejemplo, India.

Diferenciación: Es precisamente uno de los aspectos por los que la sociedad civil más está clamando en la cumbre. De hecho, dos horas después de que se presentara el borrador último un grupo numeroso de activistas organizó una sentada en la puerta de la sala donde se celebran los plenarios de la negociación para exigir "justicia climática", es decir que los países desarrollados destinen más esfuerzos económicos a la lucha contra el cambio climático.

Ahora toca a las delegaciones estudiar este nuevo borrador encima de la mesa y decidir si es negociable. Un borrador que, llamativamente, ha dejado en el camino  el artículo 17, el que proponía precisamente un acuerdo "legalmente vinculante". Los expertos consideran que esto significa que EE UU ha ganado su pulso de no hacerlo juridicamente vinculante, lo que a juicio de las ONG supone vaciarlo en el fondo de contenido.

Sí se acepta el nuevo documento —que ha reducido de 35.000 a 20.000 las palabras que contiene y de 1609 a 366 los corchetes, las opciones— esta noche comenzará una contrarreloj de negociaciones hacia el pacto definitivo. El acuerdo de París debería estar listo este jueves por la tarde, para cumplir con los plazos marcados. Después deberá pasar revisión legal y ser traducido a los idiomas de las Naciones Unidas antes de ser definitivamente aprobado el viernes por la tarde. "No estamos ante la noche más larga, sino ante las 24 horas más importantes para salvar el planeta", recordaban los expertos.

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