Hipotecas para primerizos

Los productos específicos para jóvenes ofrecen algunas ventajas, como una mayor duración y periodos de carencia más largos.
El crecimiento sostenido de los precios de las casas y la precariedad de los salarios han hecho que muchos jóvenes queden excluidos del mercado de vivienda.
El crecimiento sostenido de los precios de las casas y la precariedad de los salarios han hecho que muchos jóvenes queden excluidos del mercado de vivienda.
El crecimiento sostenido de los precios de las casas y la precariedad de los salarios han hecho que muchos jóvenes queden excluidos del mercado de vivienda.

La subida de los tipos de interés, el crecimiento sostenido de los precios de las casas y la precariedad de los salarios han hecho que muchos jóvenes queden excluidos del mercado de vivienda. Al menos, hasta hace bien poco. Ante esta situación, ya son muchas las entidades bancarias que han flexibilizado sus hipotecas para llegar a un público más amplio.

Jóvenes, trabajadores, decididos... y con toda una vida por delante para poder pagar. Éste es el perfil al que se dirige la denominada hipoteca joven, un préstamo con unas características muy atractivas, como la financiación del 100% del valor de tasación de la vivienda –en la mayoría de los casos–, y bajos tipos de interés. La mayoría de entidades ofertan este producto con un diferencial inferior al 0,7%, –que se añade al euríbor para calcular el interés final.

Más tiempo, menos cuota

Otra de sus ventajas es la cuantía de la cuota, mucho menor que en otros préstamos, ya que su duración suele ser también bastante más elevada. Aunque hasta hace poco el límite estaba en los 40 años, ya hay entidades que ofrecen hipotecas a 50 años con el fin de abaratar la cuota.

"Los gastos asociados, como las comisiones de apertura y cancelación, suelen ser más bajos que en otros productos. La competencia es total y buscan clientes para toda la vida", afirma Carlos Fernández, director de análisis de la consultora Freedom Finance. Otros servicios añadidos son los seguros de protección de pago, por los que el titular podrá hacer frente a las cuotas en el caso de quedarse en paro.

Sin embargo, si, pese a estas ventajas, al titular del crédito le cuesta pagarlo, las entidades ofrecen la posibilidad de contar con un periodo de carencia –cuya duración va desde los seis meses hasta los cinco años–, durante el cual sólo se deben pagar al banco los intereses. Eso sí, es imprescindible cumplir con una serie de requisitos para optar a una hipoteca joven. Hay que tener menos de 35 años, contar con un avalista solvente y que el inmueble hipotecado sea la vivienda habitual.

Atentos a la letra pequeña

Carencia: Consumidores en Acción aconseja a los usuarios no abusar del periodo de carencia, ya que cuanto más se prolongue, más habrá que pagar después.

Comisiones: Dada la duración de la hipoteca, es normal que se hagan pagos parciales para reducir su capital. Por eso, hay que saber qué comisión conlleva esta operación.

Otros servicios: Es importante conocer qué servicios (domiciliación de la nómina, plan de pensiones, etc.) van asociados a la concesión de la hipoteca.

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