Pescan un calamar gigante de 150 kilos y 10 metros en Asturias

Dos pescadores capturaron un calamar de 150 kilos y 10 metros de longitud en el caladero de El Cudillo (Asturias)
Dos pescadores capturaron un calamar de 150 kilos y 10 metros de longitud en el caladero de El Cudillo (Asturias)
CEPESMA
Dos pescadores capturaron un calamar de 150 kilos y 10 metros de longitud en el caladero de El Cudillo (Asturias)

La madrugada del martes, una pareja de pescadores faneaba en la costa asturiana, a 300 brazas de profundidad, (entre 300 y 400) metros en el caladero de El Cudillo, cuando entre sus redes se encontraron un calamar gigante. La tripulación, a bordo del pesquero gallego Minchos VI, capturó accidentalmente el ejemplar de unos 150 kilos de peso y 10 metros de longitud —desde la cabeza hasta el final de los tentáculos— a varias millas de la vertical de Villaviciosa (Asturias).

Se trata de una hembra y fue trasladada al Parque de la Vida de Luarca para ser congelada, hasta que en unos días se le pueda practicar la necropsia "para conocer algo más sobre esta especie" señala Luis Laria, presidente del CEPESMA.

"Ver un ejemplar de ese tamaño impone a cualquier persona, incluso a los que faenan diariamente y lleven años en el mar", ha comentado Laria que ha añadido además que el molusco econtrado "es extraordinario de los más grandes que se han localizado en estos últimos años".

El problema es que la admiración que levantan estos cefalópodos de grandes dimensiones en el público no es compartida por las autoridades y en este parque de la vida, se acumulan ya otros dos ejemplares congelados, el último capturado el pasado mes de agosto, de casi ocho metros y unos 80 kilos. Había sido capturado al norte de Getaria (Guipúzcoa, País Vasco), a unas 50 millas de la costa. "La conservación de cada uno de estos ejemplares cuesta unos 7.000 euros y no hay subvenciones de ninguna institución pública para ello", lamenta Laria.

Sin embargo insiste en que tienen que ser admirados por todos y por ello antes de que termine el año su intención es la de que estos tres ejemplares congelados junto a otros cinco que ya están en enormes urnas de cristal es ese centro de recuperación de especies, puedan estar cara el público.

Tras la desaparición del Museo del Calamar ubicado en Luarca, por un fuerte temporal en el invierno de 2014, los ejemplares que entonces se exponían en el edificio, únicos en el mundo, y que pudieron conservarse, están ahora en Museos de Francia y Washington. "Nadie en nuestro país ha mostrado interés en tenerlos, ni mucho menos en rehacer el museo", finalizó.

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