Algo más que una piedra en el camino. Eso es lo que ha supuesto el derribo este martes de un caza ruso por parte de las Fuerzas Aéreas turcas para la intensa ofensiva diplomática iniciada por el presidente francés, François Hollande, con el fin de recabar apoyos en su lucha contra el Estado Islámico (EI).

Turquía, país miembro de la OTAN desde 1952, ha confirmado el derribo de un cazabombardero de las Fuerzas Aéreas rusas, del tipo Su-24, por una supuesta violación de su espacio aéreo en la frontera sirio-turca, en la zona de Yayladag en la provincia de Hatay. Rusia, convertido en el principal aliado de Francia tras los atentados de París del 13 de noviembre, hasta el punto de que coordinan sus bombardeos sobre las posiciones en Irak y Siria de EI, ha negado ese extremo e incluso afirma que el disparo procedía de tierra.

"Durante el vuelo, el avión permaneció todo el tiempo sobre el territorio de Siria, como quedó registrado en los radares", sentencian las autoridades rusas. Ha sido "un golpe a traición", señala el presidente ruso, Vladímir Putin. Pero Ankara, que asegura que el caza ignoró hasta 10 advertencias enviadas en un periodo de cinco minutos, ha anunciado que trasladará el asunto a la OTAN y la ONU. De hecho, el Consejo del Atlántico Norte, máximo órgano decisorio de la organización de defensa colectiva compuesto por los embajadores de los 28 aliados, se reunirá esta tarde a petición de Turquía para que este país dé información sobre el incidente, que Reino Unido ha calificado de "muy grave".

"Este trágico acontecimiento tendrá graves consecuencias para las relaciones ruso-turcas", ha dicho Putin, al tiempo que ha criticado a Ankara por acudir a sus socios de la OTAN en lugar de contactar con Moscú: "¿Quieren poner a la OTAN al servicio del Estado Islámico?"

No es la primera vez que hay tensiones entre el Gobierno de Ankara y el de Moscú por supuestas violaciones del espacio aéreo turco, pero sí que es la primera vez desde los años 50, en plena guerra fría, que un país de la OTAN derriba un avión ruso. Y también es el primer avión que pierde la agrupación de las Fuerzas Aeroespaciales rusas que desde el pasado 30 de septiembre, con el acuerdo del Gobierno de Bachar al Asad, al que defiende, bombardea posiciones de grupos terroristas en Siria (entre acusaciones de bombardear también a grupos de la oposición).

Según medios locales turcos, los dos pilotos rusos saltaron en paracaídas. Uno de ellos murió y el otro cayó en manos de las milicias turcomanas que combaten contra el régimen de Bachar al Asad en esta zona siria. Los turcomanos, una minoría siria turcoparlante, reciben apoyo de Turquía, mientras que los aviones rusos respaldan al régimen de Asad, lo que añade complicaciones diplomáticas a este incidente.

El derribo se produce además en plena ofensiva diplomática de Hollande para intentar constituir una única coalición contra el EI en Siria e Irak, frente a las que actualmente lideran por separado Estados Unidos y Rusia. El presidente galo abrió este lunes su maratón de contactos internacionales con el primer ministro británico, David Cameron, a quien recibió en el Elíseo y ante quien insistió en la necesidad de reforzar los bombardeos contra el EI. Cameron, con las manos atadas desde que en agosto de 2013 el Parlamento le negara la intervención militar en Siria (sí lo hace en Irak) se comprometió ante Hollande a pedir de nuevo el permiso de los Comunes, "convencido" de la necesidad de combatir al EI en Siria. Entretanto, ofreció a París la posibilidad de usar su base militar de Akrotiri, en Chipre, así como "asistencia suplementaria para repostaje en vuelo".

El mandatario francés se reunirá esta tarde en Washington con su homólogo estadounidense, Barack Obama, mientras que el miércoles tiene programada una cena de trabajo con la canciller alemana, Angela Merkel. El jueves tiene previsto reunirse en Moscú con Putin y el viernes, tras presidir el homenaje nacional a las víctimas de los atentados de París, Hollande participará en la Cumbre de la Commonwealth en Malta. El domingo, víspera de la apertura de la Cumbre sobre el Clima (COP21), Hollande recibirá al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y al presidente chino, Xi Jinping, con quien tendrá una cena de trabajo, según su agenda oficial.

Pese a las reticencias de Obama a involucrarse más militarmente y su desconfianza hacia Rusia por su apoyo a Al Asad, el ambiente para un acuerdo global, aunque fuese de mínimos, era más propicio que nunca tras los atentados de París, especialmente por la resolución favorable a los bombardeos que ha logrado Francia de la ONU, lo que le da cobertura legal internacional. Sin embargo, el incidente con el caza ruso lo complica todo, ya que la OTAN debe defender a cualquiera de sus miembros si son atacados por una facción externa, lo que de confirmarse podría sacar a Rusia automáticamente de la ecuación.