Tribunales.- Condenados a dos años de cárcel por ofrecer 4.000 euros a la Policía Local para que no les multara

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a dos años de cárcel a dos ciudadanos chinos acusados de intentar sobornar con un total de 4.000 euros a dos agentes de la Policía Local de Sevilla para que nos les denunciaran por saltarse un semáforo en rojo con el vehículo en el que viajaban y por tener caducado el permiso de conducción reglamentario.

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a dos años de cárcel a dos ciudadanos chinos acusados de intentar sobornar con un total de 4.000 euros a dos agentes de la Policía Local de Sevilla para que nos les denunciaran por saltarse un semáforo en rojo con el vehículo en el que viajaban y por tener caducado el permiso de conducción reglamentario.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Audiencia condena a W.H. y a Z.C.Y. a dos años de prisión y al pago de una multa de 1.800 euros por un delito de cohecho en relación con unos hechos ocurridos el día 15 de diciembre de 2014 y que iban a ser enjuiciados por un jurado popular en febrero del próximo año.

No obstante, este juicio no se celebrará después de que, en una comparecencia celebrada el pasado 13 de noviembre, los dos imputados mostraran su total conformidad con el relato de hechos, la calificación jurídica y las penas solicitadas por la Fiscalía en su escrito de acusación.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 2,08 horas del día 15 de diciembre de 2014, cuando el acusado W.H. fue sorprendido por dos policías locales saltándose con su vehículo un semáforo en rojo de la avenida Luis Uruñuela en dirección hacia la avenida de Montesierra, a la altura del desvío hacia la SE-30.

Los agentes siguieron al vehículo infractor, que ya se había incorporado a la SE-30, de la que se desvió hacia la N-IV y de la que salió por la vía de servicio ubicada en la calle Tigris, por lo que activaron las luces de seguridad del vehículo policial, "no parando el acusado sino hasta llegar" a un hotel ubicado en la calle Luis Fuentes Bejarano.

Al ordenar los policías al conductor que se bajase del vehículo y al pedirle la documentación, W.H. bajó y entregó los permisos de circulación, residencia y trabajo y la ficha de ITV del coche, pero no así el permiso de conducción "pese a que se le solicitó varias veces", por lo que los agentes, "extrañados", comprobaron en la base de datos de tráfico el permiso de conducción y descubrieron que había caducado el 28 de octubre de 2014, tramitando el boletín de denuncia ante la Jefatura Provincial de Tráfico.

El acusado W.H. "repetía que 'simplemente ayudaba a trasladar a unos amigos hasta esta zona'", refiriéndose a un segundo turismo conducido por el otro imputado, "vehículo que habían visto desde el principio pero que no se había saltado el semáforo en rojo y que al momento pasó por delante de ellos perdiéndose de vista, reapareciendo en unos minutos su conductor".

A partir de ese momento, los acusados, "con la finalidad de evitar que los agentes redactasen los respectivos boletines de denuncia, les ofrecieron en reiteradas ocasiones dinero, pese a ser claramente informados por los policías que dicha conducta constituía un delito", sostiene la sentencia consultada por Europa Press.

'1.000 EUROS, OLVIDA, OLVIDA'

Los acusados se acercaron "una y otra vez a los agentes", quienes les advirtieron de que "guardasen las distancias", no obstante lo cual los imputados insistieron en que "se les perdonase y se les dejara marchar", relata el fallo, que añade que, en un momento dado, Z.C.Y. sacó del bolsillo de la chaqueta un fardo doblado de billetes de 50 euros y, "agarrando del brazo a un agente, le dijo 'mil euros, olvida, olvida'".

Los agentes, en ese momento, "lo apartaron de inmediato, advirtiéndole de que cesara en su conducta, reiterando pese a ello el ofrecimiento otra vez, hasta ordenarle de manera tajante los policías que se apartara", punto en el que la Audiencia señala que los imputados, pese a ello, "prosiguieron con su actitud, que para los policías resultaba incomprensible por una infracción de tráfico".

Pese al registro del interior del segundo coche, los policías "no encontraron ningún motivo que justificara la conducta" de Z.C.Y., momento en que se acercó el segundo acusado a uno de los policías, "al que ofreció el fajo de billetes, negándose el policía a aceptarlo", pese a lo cual el imputado seleccionó una parte del fajo y lo intentó meter en el bolsillo de la chaqueta del agente diciéndole "'que le perdonase y terminasen con el asunto aceptando el dinero'".

Intervención del dinero y denuncias

Ante la negativa del policía, Z.C.Y. les ofreció "1.000 euros a cada uno si olvidaban todo", mientras que el otro acusado "se abalanzó sobre un agente, a quien metió literalmente en la mano izquierda el fajo de billetes", tras lo que la intervención policial concluyó con la intervención del dinero y la elaboración de sendas denuncias de tráfico por saltarse el semáforo en rojo y por conducir con un permiso de conducción caducado.

Las "ofertas" hechas por los imputados a los policías fueron de 1.000 euros cada uno a cada policía, afirma la sentencia, que agrega que el fajo de billetes decomisado con el que intentaban convencerlos contenía 34 billetes de 50 euros, que fueron depositados posteriormente en el Juzgado.

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