El actor de Ocho apellidos catalanes sigue intentando apagar la polémica que incendió las redes sociales tras su visita y la de su pareja (cinematográfica y sentimental) Clara Lago al programa El Hormiguero.

Allí, ante las preguntas de Pablo Motos sobre la fama la joven actriz y su pareja se quejaban amargamente de lo incómodo que resulta salir a la calle y que les paren constantemente para hacerse fotos.

A pesar de que Clara Lago matizó más tarde sus palabras diciendo que se "refería a esa minoría que justo te viene de forma maleducada o en momentos muy puntuales que no procede. Pero vamos que yo me hago fotos con todo el mundo", su novio y compañero lo aclaró de nuevo en la presentación de la película en Barcelona.

"Tampoco hemos matado a nadie, solo hemos negado una foto alguna vez", intentaba quitar hierro al asunto Rovira. "Nos sinceramos en El Hormiguero", decía, pero advertía de que no se siente "culpable" por pensar que "muchas veces es un coñazo salir a la calle". "No tengo por qué decir lo que la gente quiere escuchar", se quejaba el actor.

"Le tengo cariño a la gente que me sigue, pero tienen que entender que esta es mi vida profesional y luego hay una vida personal donde la gente no puede pasar", explicaba el actor, que contaba la anécdota de que en ocasiones incluso han invitado a algún fan a tomarse una cerveza con ellos.