La Rioja es la región con tasa de mortalidad laboral más alta, según Aseguravida.com

La Rioja es la comunidad autónoma con mayor índice de mortalidad con 3,1 fallecidos por cada 1000 accidentes de trabajo (9 muertos en 2.865 accidentes), seguida de Galicia y Navarra con 2,6 y 1,8 fallecidos por cada 1000 accidentes de trabajo, valores muy altos en comparación con la mortalidad nacional situada en 1,10 fallecidos por cada 1000 siniestros (467 muertos en 426.625 accidentes), según ha informado Aseguravida.com en un comunicado.
Vista del polígono industrial Villa Rosa de Málaga
Vista del polígono industrial Villa Rosa de Málaga
EUROPA PRESS
Vista del polígono industrial Villa Rosa de Málaga

La Rioja es la comunidad autónoma con mayor índice de mortalidad con 3,1 fallecidos por cada 1000 accidentes de trabajo (9 muertos en 2.865 accidentes), seguida de Galicia y Navarra con 2,6 y 1,8 fallecidos por cada 1000 accidentes de trabajo, valores muy altos en comparación con la mortalidad nacional situada en 1,10 fallecidos por cada 1000 siniestros (467 muertos en 426.625 accidentes), según ha informado Aseguravida.com en un comunicado.

Por el contrario, el archipiélago Balear con 0,14 muertos por cada 1000 accidentes (2 muertos en 14.766 accidentes) es la región más segura para trabajar. A continuación se encuentran Castilla-La Mancha, Cataluña y Madrid, todas ellas con tasas de en torno a 0,7 fallecidos por cada 1000 accidentes de trabajo.

La gran mayoría de los trabajadores que perdieron la vida en su puesto de trabajo fueron hombres acumulando un 95 por ciento de los fallecidos en el desempeño de su profesión con 443 muertos a lo largo de 2014.

En el lado opuesto, del total de 467 víctimas mortales en accidentes de trabajo durante el pasado año, el colectivo femenino supuso en torno al 5 por ciento del total de fallecimientos con 24 mujeres que perdieron la vida mientras se encontraban en su puesto laboral, según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social analizados por Aseguravida.com

Descenso de mortalidad

A pesar de la superioridad masculina en lo que a víctimas mortales se refiere, el porcentaje de hombres fallecidos durante los últimos 10 años ha tendido a disminuir aumentando, por lo tanto, la proporción de mujeres que pierden la vida en el trabajo, pues si en el 2005 las mujeres suponían un 2,8 por ciento del total de trabajadores fallecidos, a lo largo de la última década se llegó a alcanzar incluso el 7,4 por ciento durante el 2013.

En lo que a mortalidad general se refiere, el balance de los últimos 10 años resulta muy positivo si se tiene en cuenta que la siniestralidad laboral se ha reducido a la mitad, pues mientras que en el año 2005 morían anualmente 935 personas en su puesto de trabajo, en la actualidad este número se ha rebajado hasta los 467 decesos.

Sin embargo, en términos interanuales, el año 2014 arrojó un saldo poco alentador, pues tras una evolución muy positiva de ocho años en la que el número de muertes profesionales se redujo año tras año, el pasado curso fue el primero en incrementar estos siniestros siendo 20 más el número de víctimas mortales. No obstante, esta circunstancia se puede atribuir al aumento de trabajadores ocupados, ya que a finales de 2014 trabajaban en torno a 450.000 personas más que a la conclusión de 2013.

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