Teresa, María, Cristina, Gema...España está salpicada de pueblos con nombre de mujer

Constantina, municipio de la provincia de Sevilla.
Constantina, municipio de la provincia de Sevilla.
DARÍO LÓPEZ
Constantina, municipio de la provincia de Sevilla.

Narra la leyenda que existía una enorme masía en las inmediaciones del río Palancia. La ocupaban dos hermanas, María y Teresa. Ambas ambicionaban legar su nombre a la morada. Decidieron que lo haría la que más tiempo viviera. La fuerza del destino se inclinó por la segunda. Así, este municipio ubicado en la comarca castellonense del Alto Palancia luce el topónimo Teresa. Sobresale por el bello paraje que lo enmarca, con el arco natural tallado en la montaña y la playa del río Palancia.

La población riojana de Galilea evoca las mitificadas Cruzadas. Su denominación obedece al recuerdo de un grupo de peregrinos a Tierra Santa. Para mantenerlo indeleble decidieron bautizar este municipio como la fértil región israelí. Sus sendas constituyen un idílico paraje en el que los garcilasianos Salicio y Nemoroso podrían inspirarse.

Quizás lo hicieran más en la zamorana Gema, población de origen romano cuyo topónimo procedería de su anterior denominación como La Eximia. Su iglesia de San Juan Bautista se construyó con piedras del histórico castillo que albergó a Fernando II.

En Cáceres, en la comarca de Las Villuercas, brilla Guadalupe, municipio en el que se halla el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Alberga la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura. Festeja el Año Santo Guadalupense. En España, alrededor de una cincuentena de municipios contienen en su topónimo un nombre femenino precedido por el vocablo santa.

Son bucólicos municipios con nombres de mujer. Unos evocan tristeza, como la alicantina Dolores, cuyo nombre rememora el terreno cenagoso sobre el que emergió para convertirse en frondosa franja de huerta. Otros, jolgorio, como la alavesa Alegría-Dulantzi. Algunos, prodigios, como la burgalesa Milagros, con su Plaza Mayor como enclave para degustar lechazo, queso fresco o morcilla. Otros, incluso astronomía, como la toledana

La Estrella, con sus casas señoriales y su plaza de la Cruz de la Cuesta. Alternan los nombres femeninos comunes, como el de la pacense Cristina o la almeriense María, con su emblemática iglesia de la Encarnación, o la barcelonesa Carme, con su medieval capilla de Sant Martí de Carme, con otros menos usuales que revelan sus orígenes. En este último elenco despunta la sevillana Constantina, gestada durante la conquista romana.

O Luciana, en Ciudad Real, refundada por Cayo Flaminio y bañada por los ríos Bullaque y Guadiana. O la también pacense Bienvenida, cuyo topónimo atribuyen al recibimiento con el que Fernando III obsequió a su esposa Beatriz. Sin olvidar la alicantina Pilar de la Horadada, enclave estratégico de la Vía Augusta en el que emergía su torre 'horadada'.

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