Dos tristes récords. Eso es lo que arroja la tercera edición del Índice de Terrorismo Global 2015 (GTI, por sus siglas en inglés), elaborado por el Institute for Economics and Peace (IEP). Por un lado, el número de muertos a causa del terrorismo, que se situó en 2014 en 32.658 fallecidos y aumentó un 80% sobre 2013, el mayor jamás registrado; y por otro, su coste económico, que alcanzó los casi 50 millones de euros, su máximo histórico y que supone un incremento del 61%.

El informe, apoyado en datos provenientes de la base mundial sobre terrorismo START, destaca el espectacular aumento del terrorismo a lo largo del tiempo, con una cantidad de muertes que se multiplicó por nueve desde el año 2000. El grupo islamista originario de Nigeria Boko Haram y el grupo yihadista Estado Islámico (EI), surgido en Irak y Siria, son los más letales, por este orden. Ambos son responsables de manera conjunta del 51% de todas las muertes debidas a ataques terroristas en el ámbito mundial en 2014. El primero, que en marzo prometió lealtad al segundo, mató a 6.073 personas el año pasado. En tercer lugar se sitúan los talibanes, con 1.121 cadáveres a sus espaldas.

Otra de las principales conclusiones del estudio es que el terrorismo se encuentra muy concentrado: el 78% de las muertes por esta causa el año pasado se produjo en tan solo cinco países: Afganistán, Irak, Nigeria, Pakistán y Siria. Irak continúa siendo el país más golpeado, con 3.370 ataques que provocaron la muerte de 9.929 personas. Se trata del mayor número de ataques y muertes por terrorismo jamás registrado en un solo país. No obstante, Nigeria registró el mayor aumento de fallecimientos por esta causa, con un incremento porcentual de más del 300%, equivalente a 7.512 fallecidos.

La expansión del terrorismo, según el informe, también se deja notar en el número de países que sufrieron más de 500 muertes, que pasa de cinco en 2013 a 11 en 2014, más del doble. Las nuevas incorporaciones fueron Somalia, Ucrania, Yemen, República Centroafricana, Sudán del Sur y Camerún. Por contra, Suramérica es una de las regiones del mundo con menor impacto del terrorismo, a excepción de Colombia, que ocupa el puesto número 20 del índice.

"El importante aumento en la actividad terrorista ha significado que sus ramificaciones se estén sintiendo más ampliamente en todo el mundo. Lo más sorprendente de nuestro análisis es el modo en que los impulsores del terrorismo difieren entre los países con mayor y menor desarrollo. En occidente, los factores socioeconómicos tales como el desempleo juvenil y los crímenes por droga se correlacionan con el terrorismo. En los países que no integran la OCDE, el terrorismo muestra vínculos más fuertes con los conflictos, la corrupción y la violencia en curso", afirma al respecto Steve Killelea, Presidente Ejecutivo del IEP.

"Diez de los once países más afectados por el terrorismo también ostentan los índices más altos de refugiados y desplazados internos. Esto pone de manifiesto la estrecha vinculación entre la actual crisis de refugiados, el terrorismo y los conflictos", añade. Es decir, cuanto más ataques hay, más refugiados y desplazados internos se generan, tratando de huir del terror.

En cuanto a Europa, resulta destacable que el primer país europeo que aparece en la lista es Reino Unido, en el puesto 28. Francia ocupa el 36, aunque hay que recordar que el índice fue elaborado antes de los atentados de París del pasado viernes, que han causado 129 víctimas mortales, y tampoco incluye los registrados en enero contra la revista Charlie Hebdo, entre otros.

En Europa hubo 290 incidentes que dejaron 31 muertos en 2014, un año durante el que los terroristas demostraron su capacidad para perpetrar ataques "letales y sofisticados" en Occidente. "El terrorismo está avanzando a un ritmo sin precedentes. Ha habido además un cambio en sus tácticas. Los objetivos son cada vez más los civiles, en lugar de militares, policías o miembros de gobiernos", señala Killelea. El número de civiles muertos en atentados en 2014 fue de cerca de 15.000, un 172 % más que en 2013, debido a que los terroristas "buscan cada vez más el pánico generalizado", explica.

España está ubicada en la posición número 65, cerca del grupo de países con bajo impacto del terrorismo, dado que no se han registrado víctimas mortales desde el último atentado de ETA, en julio de 2009, en el que murieron dos guardias civiles. Estados Unidos el lugar 35 del ranking. En total, solo el 2,6 % de las víctimas de atentados desde el año 2000 se han registrado en Occidente, incluidos los fallecidos en las Torres Gemelas (la cifra bajaría al 0,5 % sin el 11-S).

Los lobos solitarios son quienes perpetran las principales actividades terroristas en Occidente, y son los responsables del 70% de todas sus muertes por terrorismo en los últimos 10 años. Y en contra de lo que muchos creen, el fundamentalismo islámico no es el principal impulsor de esos ataques, que en un 80 % de los casos se deben a individuos con ideales de extrema derecha, nacionalistas y supremacistas raciales y religiosos.

El informa también señala que los terroristas que actúan en solitario provocan habitualmente menos muertes que los grupos organizados, sin embargo eso podría cambiar en los próximos tiempos debido al retorno hacia Europa de personas que han combatido en Siria e Irak. Más del 20 % de los extranjeros que se unieron a los yihadistas en 2014 procedían de Europa, y esa "avalancha de combatientes no se detiene", advirtió Killelea.  Entre 25.000 y 30.000 personas han viajado a Siria e Irak con ese propósito desde 2011, 7.000 de ellas en el primer semestre de 2015, según el informe.

El análisis estadístico de los patrones de actividad terrorista desde 1989 concluye que hubo dos factores más estrechamente asociados al terrorismo. Se trata de los niveles de violencia política ejercidos por el estado y el nivel del conflicto armado dentro de un país. El informe subraya que el 92% de todos los ataques terroristas comprendidos en el período 1989 - 2014 ocurrió en países donde la violencia política ejercida por el gobierno se había generalizado, al mismo tiempo que el 88% de todos los ataques terroristas durante el mismo período se produjo en los países que experimentaban o se veían involucrados en conflictos violentos.

"Dado que podemos ver una cantidad de factores sociopolíticos claramente identificables que fomentan el terrorismo, es importante implementar políticas que apunten al abordaje de estas causas asociadas. Esto incluye la reducción de la violencia patrocinada por el Estado, la difusión del luto y el duelo a nivel grupal y la mejora del respeto a los derechos humanos y las libertades religiosas, a la vez que se consideran los matices culturales".