Las claves de por qué Bélgica se ha convertido en el nido del yihadismo en Europa

Agentes de Policía belga patrullan en las calles del barrio bruselense de Molenbeek, en Bélgica, en una operación relacionada con el terrorismo yihadista.
Agentes de Policía belga patrullan en las calles del barrio bruselense de Molenbeek, en Bélgica, en una operación relacionada con el terrorismo yihadista.
EFE
Agentes de Policía belga patrullan en las calles del barrio bruselense de Molenbeek, en Bélgica, en una operación relacionada con el terrorismo yihadista.

Pocas horas después de los atentados islamistas en París, que este domingo a mediodía se habían cobrado ya la vida de 129 personas, uno de los focos informativos se trasladaba algo más de 300 kilómetros al noroeste, en concreto al barrio de Molenbeek, en la capital de Bélgica, Bruselas. Uno de los coches en los que se movieron los terroristas llevaba matrículas belgas y se habían alquilado en este barrio. Ya el sábado por la tarde, comenzaban las detenciones: en total, y por ahora, son siete las personas que han sido detenidas en este distrito del noreste de Bruselas. El hecho no es casual. Molenbeek es la auténtica cantera del yihadismo en Europa.

Este barrio empezó a prosperar a finales del siglo XVIII a causa de la revolución industrial. Su vinculación con la industria del acero durante la historia convirtió a Molenbeek en uno de los principales destinos para la inmigración, y a partir de los años 70 empezó a recibir a ciudadanos del norte de África, sobre todo de Marruecos. Pero como tantas zonas fuertemente industrializadas, la reconversión económica golpeó fuerte al barrio. Hoy, son los hijos y los nietos de aquellos marroquíes los que están sufriendo los efectos de esa reconversión y de la crisis. El 45% de los jóvenes de Molenbeek está en el paro, según recoge un reportaje del XL-Semanal.

Estos jóvenes no tienen futuro económico, no se sienten belgas ni marroquíes y se convierten así en un blanco fácil para los reclutadores del yihadismo. Es el motivo por el cual Bélgica es el país de la Unión Europea con más yihadistas per cápita. El Centro Internacional de Estudios para la Radicalización publicó a principios de año su informe sobre 2014. De los 20.000 extranjeros que combaten en Siria, 4.000 son europeos. Aunque son superados en número por franceses, alemanes y británicos, en proporción los belgas son los más numerosos, unos 440, es decir, 40 yihadistas por cada millón de habitantes.

La Bélgica que se presenta como cantera del islamismo radical sigue teniendo buena salud, además. El 6% de la población es musulmana. El porcentaje en Bruselas capital asciende al 25,5% (más de 250.000 personas). Los expertos estiman que en sólo 15 años, el porcentaje de musulmanes bruselenses puede ser del 50% o más. Es el colectivo que más crece. Hace cinco años, el nombre más común para los recién nacidos era Mohamed. Sólo en Molenbeek hay 21 mezquitas. Una de ellas es la más grande del país y acoge a un millar de fieles cada semana.

Las redes sociales son el principal vehículo de captación. El mensaje es claro: en Bélgica no eres nadie, pero en Siria puedes ser un guerrero. Esto, sumado al rechazo de un porcentaje de población belga autóctona y a la presencia de imanes cada vez más radicales es lo que los empuja a viajar al núcleo del yihadismo mundial, formarse, y convertirse en terroristas en potencia, listos para actuar.

Yihadistas de Molenbeek

Molenbeek tiene ya varios antecedentes de vecinos que han participado en atentados yihadistas de envergadura.

- Sólo dos días antes de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, en 2001, era asesinado en Afganistán Ahmad Sah Masud, un líder tribal afgano que se había opuesto a los talibanes. Murió en un atentado suicida. Un falso periodista hizo estallar una bomba que llevaba oculta en su cámara de fotos durante una entrevista. Abdessatar Dahmane, el autor del atentado, era un tunecino que vivía en Molenbeek.

- Los marroquíes Hassan El Haski y los hermanos Mimoun y Youssef Belhadj son considerados los cerebros de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en los que murieron 191 personas. Los tres habían residido o residían en Molenbeek.

- Mehdi Nemmouche, el francés de origen argelino que perpetró, el 24 de mayo de 2014, un atentado en el Museo Judío de Bélgica, en el que murieron cuatro personas, preparó su asesinato en un piso alquilado en Molenbeek.

- En Molenbeek adquirió sus armas Amedy Coulibaly, el francés de origen maliense que en enero de este mismo año asesinó a cinco personas e hirió a otras diez en el ataque terrorista a un supermercado judío en Porte de Vincennes, en el 20º distrito de París, un día después de los atentados de Charlie Hebdo, en enero de 2015.

- Ayoub El Khazzani, el marroquí de Tetuán que el pasado 21 de agosto intentó una masacre en un tren Thalys en Francia, residió en Molenbeek, donde tiene una casa una hermana, y acudía a la mezquita cinco veces al día.

La Policía belga, en constante 'guerra'

La intensa actividad yihadista en Bélgica tiene a la policía del país en jaque. Son numerosas las operaciones que se han desarrollado para acabar con células yihadistas. A continuación, algunas de las más destacadas:

Junio de 2015: 16 personas fueron detenidas en Ostende, Lovaina y Namur. Se trataba de chechenos que habían sido formados en Siria y Afganistán y que planeban perpetrar un atentado en la propia Bélgica.

Enero de 2015: dos operaciones antiterroristas se saldaron con la detención de 20 personas y la muerte de dos terroristas. En todos los casos, se trataba de yihadistas que habían recibido entrenamiento en Siria y que también iba a atentar en Bélgica.

Septiembre de 2013: Ismail Abdelatif Allal es detenido en la localidad de Vilvoorde, acusado de ser el líder de una célula yihadista  de Ceuta.

Diciembre de 2011: cuatro personas, incluido un bebé, murieron en un atentado perpetrado en Lieja por Nordine Amrani, un belga de origen marroquí que se suicidó tras perpetrar la matanza. Amrani lanzó varias granadas a los viandantes que esperaban el autobús.

Diciembre de 2008: 14 supuestos miembros de Al Qaeda fueron detenidos en Bélgica cuando planeaban un atentado en Bruselas, coincidente con una reunión de líderes de la Unión Europea.

"No todos vienen aquí"

La alcaldesa de Molenbeek, Françoise Schepmans, recalca que "no todos" los terroristas vienen a este distrito y que la "mayoría de las veces solo se encuentran de paso".

Explica en los medios de comunicación belgas que en algunos barrios de la capital hay una densidad poblacional importante, compuesta en un 80% por personas de origen magrebí, y donde el anonimato es más fácil para aquellos con "malas intenciones" que quieren pasar inadvertidos.

Además, sostiene, llegan a barrios donde el terreno de la radicalización es más fértil y donde ha habido una ausencia de políticas de acogida y de integración durante años.

Schepmans explicó en la cadena de televisión RTL que se ha vivido "durante demasiado tiempo en la negación" con respecto a ese problema en una comuna donde entre el final de la inmigración a mediados de los años 70 del pasado siglo y principios del año 2000, la población de origen magrebí se cuadruplicó con la reagrupación familiar.

También algunos vecinos defendieron que Molenbeek es un barrio seguro y tranquilo, y que los casos de yihadistas en el vecindario son hechos aislados que no representan la identidad de sus habitantes.

Reda Caib, conductor de tranvía y residente en Molenbeek, criticó la estigmatización de su barrio, y censuró la actitud policial en la zona, ya que, según dijo, solo por tener rasgos magrebíes la Policía le ha pedido identificarse varias veces.

"Molenbeek es un barrio de gente trabajadora, en el que conviven niños con esperanzas de futuro y padres que dejaron su país para tener una vida mejor", afirmó este vecino, que recuerda que en esta zona se criaron personas que han alcanzado éxito a nivel mundial, como el futbolista del Manchester City Vincent Kompany.

Para este musulmán nacido en Bélgica e hijo de marroquíes, la falta de oportunidades y el desempleo que afectan al colectivo de musulmanes pudieron ser desencadenantes del aislamiento y la posterior radicalización de los terroristas.

Hicham, que vive en la calle donde el sábado la Policía belga desplegó el dispositivo antiterrorista, no conocía a ninguno de los detenidos y cree que estos se encontraban "de paso". Condenó unos actos terroristas que "no representan en ningún caso a la comunidad musulmana", y puntualizó que el islam "es una religión de paz".

Una trabajadora de una panadería de la zona, que prefirió no dar su nombre, definió también a Molenbeek como un barrio tranquilo, y descartó haberse sentido insegura en la zona.

Medidas fracasadas

Después del desmantelamiento en enero de una célula de presuntos yihadistas, el Gobierno federal belga introdujo doce medidas de lucha contra el radicalismo y el terrorismo que incluía grupos de trabajo a nivel local para, entre otros objetivos, detectar a personas ya radicalizadas que podían viajar a Siria o cometer atentados.

La iniciativa ha fracasado en Molenbeek, han admitido este mismo domingo tanto el primer ministro, Charles Michel, como el titular de Interior, Jan Jambon, y la comisaria general de la Policía federal, Catherine De Bolle, por lo que se elaborará un plan específico dirigido a esa comuna bruselense.

"He constatado que casi siempre hay un vínculo con Molenbeek, que hay un problema gigantesco", señaló Michel en la cadena de televisión flamenca VRT. Aseguró que el Gobierno está preparado para proporcionar más recursos y medios para mejorar la situación  en todo el país y donde hay problemas, como en Molenbeek, donde "la situación no está bajo control en estos momentos", admitió Jambon.

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