Las pruebas de ADN realizadas por el Instituto Nacional de Toxicología han confirmado que el acusado de agredir sexualmente a un transexual, en noviembre de 2012 en Santander, mantuvo relaciones que éste, mientras que la forense que examinó a la víctima ha asegurado que las lesiones que presentaba eran "compatibles con un coito con violencia".

El resultado de la prueba de ADN lo ha dado a conocer el fiscal, que pide para el acusado 10 años de prisión por la agresión sexual con el agravante de reincidencia y otros dos por un delito de robo con violencia.

Y es que, en el juicio celebrado este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, no se ha podido establecer la videoconferencia con el Instituto Nacional de Toxicología, lo que ha obligado a las partes a aceptar el contenido del informe de esta prueba sin que haya sido ratificado por los peritos.

Según ha detallado el fiscal en sus conclusiones, ese informe determina que los fluidos que había en el interior de la cavidad anal de la víctima eran "semen humano" y éstos dieron un resultado "compatible, con una coincidencia de 55.000 millones de veces", con el ADN del acusado.

En la sesión ha comparecido la forense que exploró a la víctima en el Hospital Valdecilla. Ha indicado que la transexual agredida presentaba "un pequeño desgarro en el ano" y un "sangrado" que indicaba que la penetración "había sido muy reciente, escaso tiempo antes de la exploración".

Estas lesiones observadas en el examen son "compatibles con un coito con violencia", es decir, indican que "hubo una penetración de forma violenta, aunque no se puede saber si fue con un pene o con cualquier otro objeto".

El acusado dice que no hubo ninguna penetración

Por su parte, el acusado ha negado los hechos que se le imputan y ha asegurado que no hubo ninguna penetración ya que, tras darse cuenta que se "había equivocado" y que era un transexual, sólo le permitió que le hiciese una felación.

Ha relatado que recogió a la mujer cerca de una discoteca de la ciudad cuando ésta le ofreció sexo a cambio de dinero. Como no tenía dinero suficiente para pagar este servicio, ella le pidió el móvil como forma de pago.

Tras alcanzar este acuerdo, ella se subió en el coche y se dirigieron a la zona de General Dávila, donde estacionaron y ambos se pasaron al asiento trasero del vehículo. "Empezamos a besarnos y cuando empecé a tocarla y a meterla mano me dí cuenta de que me había equivocado", ha dicho.

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