El brasileño que murió en pleno vuelo el domingo pasado después de haber mordido a otro pasajero falleció al romperse las bolas de droga que llevaba en el estómago. Así lo ha confirmado la autopsia, según publica el diario The Irish Times. El vuelo cubría la ruta entre Lisboa y Dublín.

Los forenses aseguran que el joven, de 24 años, había ingerido 0,8 kilos de cocaína distribuidos en 80 bolas. Al estallar una de ellas comenzó a sufrir convulsiones y a comportarse con agresividad. El hombre fue llevado a la parte trasera del aparato por varias personas que trataron de calmarle e inmovilizarle, a lo que él respondió mordiendo a otro pasajero que fue hospitalizado a consecuencia de las heridas sufridas.

El piloto del avión decidió efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Cork, al sur de Irlanda, al tiempo que un doctor y dos enfermeras que viajaban a bordo trataron de salvar, sin éxito, al paciente.

Tras aterrizar, los otros 167 pasajeros tuvieron que permanecer durante aproximadamente dos horas en el avión para ser interrogados. La mayoría continuaron después su viaje, excepto el herido por el mordisco y una mujer de 44 años, que fue arrestada al encontrarse en su equipaje 1,8 kilos de un polvo blanco. Los análisis certificaron después que se trataba de bicarbonato.

El diario, que estima que la droga que transportaba el joven brasileño valdría en el mercado unos 56.000 euros, añade que la Policía irlandesa está trabajando con la portuguesa y la brasileña para establecer cuáles fueron los últimos movimientos del chico. Se cree que iba a estudiar inglés a Dublín y que viajaba solo.