Médicos de primaria desaconsejan el cigarrillo electrónico "como primera opción" para dejar de fumar

La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) desaconseja utilizar los cigarrillos electrónicos "como primera opción" para dejar de fumar ya que considera que actualmente "hay pocos estudios serios y científicos" que "avalen" su "hipotética eficacia". No obstante, sí que considera que es mejor fumar cigarrillo electrónico que el tradicional, debido a que el primero no tiene combustión y contiene menos sustancias tóxicas.
Lucha contra el tabaquismo
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La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) desaconseja utilizar los cigarrillos electrónicos "como primera opción" para dejar de fumar ya que considera que actualmente "hay pocos estudios serios y científicos" que "avalen" su "hipotética eficacia". No obstante, sí que considera que es mejor fumar cigarrillo electrónico que el tradicional, debido a que el primero no tiene combustión y contiene menos sustancias tóxicas.

El coordinador del Grupo de Trabajo de Tabaquismo, José Luis Díaz-Maroto, ha afirmado que se deben "diferenciar los tratamientos farmacológicos de primera línea de los dispositivos que liberan nicotina, como son los cigarrillos electrónicos". "A pesar de que hay mucha publicidad sobre que el cigarrillo electrónico sirve para dejar de fumar, en este momento hay pocos estudios serios y científicos que avalen esta hipotética eficacia", ha inidcado.

Según Semergen, que celebra estos días en Valencia su congreso nacional, es necesario diferenciar entre los tratamientos convencionales, que "tienen validada su capacidad para facilitar la deshabituación tabáquica y que están soportados por una sólida evidencia científica", y los 'e-cigarrillos', debido a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que "no hay evidencia que demuestre que ayude a los fumadores a abandonar el consumo de tabaco".

También la Agencia Americana del Medicamento (FDA) ha advertido de que el consumo de estos cigarrillos "podría aumentar la adicción entre los jóvenes y estimularles a fumar los tradicionales".

Los tratamientos convencionales o tratamientos farmacológicos de primera línea para dejar de fumar —terapia sustitutiva con nicotina, bupropión y vareniclina— tienen "desde hace años una eficacia comprobada", según explican.

"Cuando un paciente fumador quiere dejarlo sin ningún tratamiento, las posibilidades de éxito se sitúan entre un cinco y un diez por ciento, pero cuando se utiliza tratamiento farmacológico adecuado, las posibilidades de éxito se multiplican por tres y hasta por cuatro, es decir, se alcanza una tasa de éxito del 30 al 40%", ha asegurado el doctor Díaz-Maroto.

Para Semergen, dentro de los recursos actualmente disponibles para ayudar a abandonar este "hábito tóxico" aún no puede incluirse a los cigarrillos electrónicos. En este sentido, la entidad está preparando un documento para apoyar que el cigarrillo electrónico sea considerado como un medicamento, por lo que debería aportar todos los estudios y ensayos clínicos pertinentes y después tendría que ser aprobado por las agencias de medicamentos.

En la actualidad, los cigarrillos electrónicos son dispositivos que en el 90% contienen nicotina y "no pueden situarse dentro de ningún esquema terapéutico posible, ya que no son medicamentos", recuerda Díaz-Maroto.

"menos dañinos para el organismo"

Sin embargo, Semergen sí considera que, al menos, "es mejor fumar cigarrillo electrónico que cigarrillo tradicional, debido a que el primero no tiene combustión y contiene menos sustancias tóxicas". Así lo ha destacado el coordinador del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la organización, quien aclara que "si se comparan, los cigarrillos electrónicos resultan menos dañinos para el organismo, si bien lo ideal es no fumar".

Se estima que un fumador promedio toma cerca de 15 bocanadas en un cigarrillo, lo cual va de uno a dos miligramos de consumo de nicotina por cada uno. Comparativamente, 15 bocanadas en un cartucho de 16 miligramos de un e-cigarrillo equivaldrían a 0,15 de nicotina. Por lo tanto, la absorción de nicotina es relativamente menor en un cigarrillo electrónico que en uno normal.

Disminución de la prevalencia

En los últimos años se observa que la prevalencia del consumo de tabaco en la población española ha disminuido "de forma ostensible", en gran parte debido a "la legislación vigente sobre espacios sin humo", opina Díaz-Maroto, dado que "ha permitido mostrar a la población que lo normal es no fumar, y no como ocurría hace poco tiempo que se fumaba en todos los lugares".

Sin embargo, "aún queda margen de mejora" y, en este sentido, "se echa en falta la realización de campañas sanitarias por parte de las administraciones, al estilo de las campañas que se realizan desde la Dirección General de Tráfico", según ha apuntado el representante de Semergen.

Así, esta organización destaca que "los efectos del tabaquismo siguen siendo devastadores, asociándose con una elevada morbimortalidad". Por ejemplo, se recuerda que el consumo de tabaco es responsable del 90 por ciento de la mortalidad por cáncer de pulmón, del 80 por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y de un 40 de la mortalidad cardiovascular. En los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se destaca que en el año 2013 fallecieron en España 21.000 personas por cáncer de pulmón.

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