La bielorrusa Svetlana Alexijevich ha sido la reconocida con el Nobel de Literatura 2015 y con ello se ha premiado por primera vez con el máximo galardón de la literatura al género periodístico. Un género que podría haber sido reconocido en 2007 en el polaco Ryszard Kapuscinski, si no hubiera muerto ese año, según especularon algunos medios suecos.

El Jurado ha resaltado el valor de los escritos de esta periodista de 66 años al reflejar el sufrimiento de un modo único y constante, no ha cesado en su empeño por recordar y así lograr que no se olvide la memoria de las víctimas del régimen soviético.

"El hombre soviético no ha desaparecido. Es una mezcla de cárcel y guardería. No toma decisiones y simplemente está a la espera del reparto. Para esa clase de hombre la libertad es tener veinte clases de embutido para elegir", dijo a Efe al recibir el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes (2013) la premiada.

Textualmente éste ha sido el 'veredicto' de la Academia: "Su obra polifónica es un monumento al valor y al sufrimiento de nuestro tiempo". Y el testimonio del fracaso de la utopía soviética.

Una de sus obras más estremecedoras y conocidas es Voces de Chernóbil, relato de las personas que estuvieron en el desastre nuclear en la planta de Chernóbil el 26 de abril de 1986. Destacan también sus entrevistas a los personajes principales de la era soviética y postsoviética, y a otras muchas que dieron y dan fe de los acontecimientos más dolorosos como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Afganistán, la ya citada catástrofe de Chernóbil y la desintegración de la URSS.

Por detrás de Alexijevich estaba como ya parte de una especie de broma el japonés Murakami, un éxito de ventas mundial que no parece que vaya a superar para el premio el lastre de la crítica, no tan afín a sus letras como sus lectores. Acaso no estaría de más una declaración por parte del japonés en el que renunciara a volver ser candidato al Nobel.

El keniano Ngugi wa Thiong'o, el noruego Jon Fosse, el surcoreano Ko Un, el somalí Nuruddin Farah, la canadiense Anne Carson y el rumano Mircea Cartarescu eran otros de los nombres que figuraban en las apuestas.

Oates, Roth y Don DeLillo son los estadounidenses que que vuelven a quedarse sin premio, y eso que llevan ya unos cuantos años en las apuestas. Parecía que tenían cierta ventaja porque las letras de ese país no son premiadas desde 1993 con Toni Morrison, y que ya el año pasado les llegaría el turno. Pero el Nobel 2014 era para el francés Patrick Modiano.