Es difícil saber exactamente el numero de armas que hay en Estados Unidos. La mayoría de las estimaciones se sacan de recuentos federales teniendo en cuenta las armas de fuego fabricadas, importadas y exportadas por armeros estadounidenses. 

Un informe de 2012 del Servicio de Investigación del Congreso publicó, exactamente un mes antes del tiroteo en la escuela Sandy Hook, el número de armas de fuego civiles. El número se ha incrementado en gran medida desde el año 1996 cuando había 242 millones, pasando por los 259 millones en el 2000 y superando los 310 millones a partir del año 2009.

Si los estudios no se equivocan, significa que el primer año de Barack Obamaen la presidencia fue un punto de inflexión, es decir, fue la primera vez que el número de armas de fuego en circulación superó la población total de Estados Unidos.

Por otro lado, la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos estadounidense (ATF) ha profundizado en el tema. En su último informe anual de estadísticas sobre el comercio de armas observamos que el total de armas presentes en EE UU en 2013 fue de aproximadamente 357 millones, 40 millones más de armas que de personas. Estos datos serían solo una estimación ya que son muchas las armas de fuego que entran y salen del país de forma ilegal y muchas las que se descomponen, pierden o destruyen.

Independientemente del número real de armas de fuego civiles en circulación, no hay ambigüedad en torno a un hecho crucial: los fabricantes de armas estadounidenses han aumentado drásticamente su producción durante los años que Obama ha estado en la presidencia. 

En 2009 los armeros produjeron 5,6 millones de armas de fuego y cuatro años después, en 2013, su producción anual se había casi duplicado, hasta los 10,9 millones de armas de ese año.

Sin embargo, es importante señalar que, aun cuando el número de armas de fuego ha aumentado en los últimos años, la tasa de homicidios con armas de fuego ha caído casi a la mitad. Por otro lado, también es cierto que cuando se hacen comparaciones entre estados y países, se ve que en los lugares que tiene más armas registradas también hay mayor cantidad de homicidios con ellas, como muestra la investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

A pesar de esto, no se ha aprobado ninguna legislación de armas nueva desde 2008 pero el presidente estadounidense, tras el último atentado en una escuela de Oregón, pidió a los estadounidenses que presionaran para lograr que el Legislativo impulse nuevas políticas efectivas y frenar, de alguna manera, la violencia armada.