Un informe psicológico encargado por la defensa del imputado por la muerte del niño de tres años, encontrado en una balsa en Los Montes de Málaga el pasado mes de febrero, señala que el hombre "distingue entre el bien y el mal"; aunque apunta que "pudieron existir factores involuntarios —bloqueo emocional, pánico, parálisis— que le impidieron dar una respuesta adecuada a la dramática emergencia" ocurrida el día de los hechos.

Este estudio ha sido elaborado para saber el grado de imputabilidad por dos especialistas, uno en psiquiatría y otro en psicología clínica. Para llevarlo a cabo, los peritos de parte han accedido a varios informes médicos y a la documentación relativa a este caso. Además, se han mantenido entrevistas con el imputado y con el entorno familiar, según consta en el mismo informe.

Así, en el informe se señala que el joven, de 24 años y que en el momento de los hechos era pareja de la madre del pequeño, tiene una merma intelectual, pero, a pesar de ello, "goza de los requisitos volitivos e intelectivos suficientes que conforman el concepto de imputabilidad". Además, se indica que las distintas versiones que dio "deben interprestarse como mecanismos defensivos dilatorios y no como producto de ninguna patología".

Desde el punto de vista afectivo, el estudio apunta que el imputado "acepta con tranquila resignación" su situación procesal, "aunque sin sentimientos de culpa". Ha mantenido que el niño se cayó, y, en este sentido, el informe manifiesta que tiene la conciencia de "no haber hecho nada malo", pero sí se pregunta "por qué no tuvo la decisión de arrojarse a rescatarlo", lo que encaja con su declaración en el juzgado, en la que también aludió a ese bloqueo y a que tenía miedo al agua.

El Juzgado de Instrucción número 6 de Málaga es el encargado del caso y ha acordado la práctica de varias diligencias sobre si el imputado, que se encuentra en prisión desde que sucedieron los hechos, tiene miedo al agua o alguna incapacidad para nadar que pudiera haberle impedido ayudar al menor.

El imputado ha mantenido siempre que quería al niño y que "nunca" tuvo la intención de hacerle daño, pero los investigadores han venido sosteniendo que habría habido "intencionalidad", apuntando que dio información falsa, contradictoria y llegó a mentir sobre dónde estaba antes de suceder los hechos.