Once años de dudas, once años con mácula

  • Repasamos los casos más sonados desde Riis.
  • Armstrong, a pesar de las sospechas, fue el rey.
  • Rumsas, Basso, Ullrich, Virenque, Pantani...

Desde que el danés Bjarne Riis venció en el Tour de 1996, ningún ganador de la carrera francesa ha estado libre de sospechas; e incluso varios integrantes del podio han sido relacionados con el dopaje.

El propio Riis confesó el 25 de mayo que había tomado EPO durante su carrera profesional. El segundo de aquella edición, el alemán Jan Ullrich se retiró a comienzos de 2007 por su supuesta vinculación con la red de dopaje encabezada y dirigida por el doctor Eufemiano Fuentes.

Richard Virenque, tercero, formó parte del equipo Festina que, en 1998, dio lugar al llamado Caso Festina cuando un auxiliar, Willy Voet, fue detenido en posesión de una gran cantidad de productos dopantes cuyo destino eran los corredores.

En 1997 venció Ullrich, con Virenque segundo y el italiano Marco Pantani tercero. Pantani, de hecho, fue el vencedor de la siguiente edición, la de 1998, el año más negro dentro de la historia del Tour.

Las trampas deportivas de Pantani, sin embargo, saldrían a la luz un año después... y en el Giro.

El escalador italiano, que falleció en 2004 como consecuencia de una "intoxicación aguda de cocaína", resultó positivo en un control de hematocrito en el Giro de 1999. El Pirata, que había ganado cuatro etapas y era líder sólido, fue expulsado de la carrera por tener un 52% de hematocrito en sangre, un positivo que conmocionó a Italia un año después de su victoria en el Tour. Tras Pantani se clasificaron Jan Ullrich y el estadounidense Bobby Julich.

La hegemonía de Armstrong

En 1999 comenzaba el reinado del estadounidense Lance Armstrong, que se prolongó durante siete ediciones. Tras superar un cáncer testicular, la evolución de Armstrong fue espectacular. Cambió su físico, cambió su mentalidad. Tras Armstrong se clasificaron Zulle, miembro del Festina en 1998, y Fernando Escartín.

No ha sido poca la rumorología que el ciclista tejano ha levantado a su alrededor, especialmente después de la publicación del libro L.A. Confidential: los secretos de Lance Armstrong, escrito por Davis Walsh y Pierre Ballester.

En sus páginas se habla de las posibles prácticas dopantes del corredor, quien incluso trató de evitar en los juzgados que este libro viese el mercado. Sin éxito, las librerías recibieron una obra que, junto a las acusaciones de una ex masajista llamada Emma O'Reilly y la vinculación del heptacampeón con el polémico doctor Michele Ferrari, prendió una mecha anti-Amstrong que explotó en Francia.

L´Equipe, el periódico deportivo vinculado a la organización del Tour, acusó al ex corredor de los equipos US Postal y Discovery Channel de haber tomado EPO durante el Tour de 1999. "La mentira de Armstrong", tituló en su primera página.

"Desafortunadamente, la caza de brujas continúa y el artículo del periódico no es nada más que periodismo sensacionalista", señaló Lance tras conocer la noticia. El Laboratorio Nacional de Detección del Dopaje (LNDD) desveló a L´Equipe que hasta seis muestras de orina congelada demostraban que el tejano tomó esta sustancia durante su primera victoria en el Tour. No obstante, el control de EPO no se instauró hasta los Juegos Olímpicos de Sydney (2000).

En 2000 y 2001 se repitió el podio en París: Amrstrong, primero; Ullrich, segundo; Beloki, tercero. Joseba Beloki se encuentra actualmente sin equipo tras formar parte del Liberty Seguros-Würth por su aparición en los papeles de Eufemiano Fuentes.

El caso Rumsas

En 2002, con Ullrich ausente, Armstrong volvió a ganar. Beloki subió un peldaño y tercero finalizó el sorprendente lituano Raimondas Rumsas, un corredor del que poco después se supo que dio positivo por EPO durante el Giro de Italia 2003. Rumsas dio que hablar.

A finales de julio de 2002, su mujer fue detenida en la frontera entre Francia e Italia con varias sustancias dopantes en su poder, como medicamentos de efecto anabolizante, testosterona, hormonas varias.

Aunque la versión del ciclista era que esos productos tenían como destinataria a su suegra, Edita Rumsas permaneció detenida 73 días en las cercanías de Chamonix. Raimondas, por si acaso, evitó entrar en Francia para declarar ante el juez por miedo a acabar como su esposa. Con su positivo del Giro, Raimondas Rumsas finamente fue despedido de su equipo y sancionado.

El final del gran rey

Armstrong, insaciable, dominó otra vez la carrera en 2003. Ullrich le acompañó junto al kazajo Vinokourov, uno de los pocos que no ha aparecido en ninguna lista, aunque vinculado a un equipo en el varios corredores han reconocido el consumo de EPO unos años antes.

En 2004, con el estadounidense de nuevo en lo más alto, el alemán Andreas Klöden acabó segundo y el italiano Ivan Basso, tercero. Llamado a suceder a Armstrong, especialmente tras acabar segundo en 2005 por delante de Ullrich y tras el inamovible Armstrong -un podio lleno de suspicacias, visto con el tiempo-, Basso ha visto como su relación con Eufemiano Fuentes ha truncado su carrera profesional... de momento.

El italiano reconoció el "intento" de dopaje en un momento de debilidad, aunque no llegó a materializarlo porque actuó la Guardia Civil y desarticuló la red. Tras declarar ante la Fiscalía del Comité Olímpico Italiano (CONI), Basso espera una sanción.

Y en 2006, cuando todo parecía más limpio, el estadounidense Floyd Landis gana una carrera en la que puede que no pase a la historia como ganador por un positivo por testosterona que se anunció varios días después del Tour.

Mirando hacia atrás, hay nombres que no son sospechosos, sino que sencillamente han sido cogidos intentando hacer trampas. Pero el ciclismo ha logrado sobrevivir a los fraudes... pese a once años de dudas.

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