La Guardia Civil de Toledo ha culminado la 'Operación Sarut', en la que se ha desarticulado una organización criminal especializada en robar a personas de avanzada edad en plena calle en localidades de Toledo, Madrid y Ciudad Real y que se ha saldado con 21 detenidos, todos ellos de nacionalidad rumana y siete de los cuales han ingresado en prisión.

El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, ha dado cuenta en rueda de prensa de esta operación, explicando que además de los 21 detenidos hay otras ocho personas imputadas y se han esclarecido un total de 38 delitos, 33 de ellos de robo y hurto y otros contra la Seguridad Vial, por receptación, quebrantamiento de condena y de pertenencia a grupo criminal.

De los detenidos, 16 son mujeres y 13 hombres, con edades comprendidas entre los 19 y los 41 años, que llegaron a utilizar la violencia en 14 de los actos delictivos perpetrados.

En la operación se han llevado a cabo tres registros domiciliarios, uno en la localidad toledana de Calera y Chozas y dos más en Getafe, donde se recepcionaban las joyas robadas y se fundían para su posterior venta. En uno de estos inmuebles se recuperaron joyas por valor de 40.000 euros.

INVESTIGACIÓN

José Julián Gregorio ha detallado que fue a finales de 2014 cuando se comprobó un incremento de este tipo de delitos contra personas de edades comprendidas entre los 60 y los 90 años a quienes les robaban las joyas en plena vía pública con técnicas de distracción para ganar su confianza.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial abrió una investigación global agrupando los mismos delitos y se inició un seguimiento individual en cada caso, siendo de gran importancia la coordinación con los puestos de la Guardia Civil donde se habían denunciado robos.

El estudio de los delitos determinó que estos eran cometidos por personas de nacionalidad rumana, organizados como grupo criminal en el que cada uno tenía un rol muy definido.

Los delincuentes residían en varias viviendas de Chozas de Canales y Getafe. Cada mañana hacían una ruta distribuidos en grupos mixtos de tres personas y viajaban en alguno de los 14 vehículos de la flota con la que contaban, "utilizados indistintamente para no levantar ninguna clase de sospechas".

"Diariamente hacían cientos de kilómetros por muchas localidades de Toledo y Madrid para buscar víctimas potenciales para poder hacerles el acto delictivo", ha detallado el delegado del Gobierno.

Tal y como ha explicado Gregorio, en todos los actos delictivos participaban una o dos mujeres, que siempre eran las autoras materiales, mientras que los hombres apoyaban en el desplazamiento y en la proyección.

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Modus operandi'

Para llevar a cabo los robos, una de las mujeres que viajaba en el coche se acercaba a la víctima con algún pretexto y hacía preguntas que no levantaban sospecha. Se acercaban e incluso, en el caso de que la víctima fuera un hombre, ofrecían algún tipo de favor sexual.

Tras una breve conversación y como agradecimiento se abalanzaban a las víctimas para abrazarlas o besarlas, momento que aprovechaban para cometer el robo.

Si la víctima se percataba de que estaba siendo asaltada, los hombres que acompañaban a las mujeres "no dudaban en emplear la fuerza física" para poder llevar a cabo el delito.

Con esta operación se han esclarecido robos cometidos en varias localidades toledanas, como Sonseca, Yunclillos, Arcicóllar, Corral de Almaguer, Santa Olalla, Yeles, Magán, Almorox, Gerindote, Yepes, Lillo, Toledo, Esquivias, Velada o Illescas; uno más en Villarta de San Juan (Ciudad Real) y cinco más en Pinto, San Fernando de Henares, Valdemorillo, Algete y Getafe (Madrid).

Tras poner a los detenidos a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Illescas siete de ellos fueron enviados a prisión.