El sexo es una actividad que produce placer, pero cuando crea una dependencia que puede perjudicar a la persona, se convierte en un problema. En Zaragoza ya se tratan una docena de estos casos al año, aunque hay muchos más. Algunos estudios aseguran que el 6% de la población padece un comportamiento sexual compulsivo.

"Normalmente toman conciencia de su problema cuando la dependencia ya es muy fuerte. Entonces lo intentan dejar y no pueden", explica Cristina Justa, de SM Psicólogos. Los cambios neuroquímicos que provocan las relaciones sexuales pueden crear "un mono" similar al que genera el alcohol.

"El problema se da cuando el gusto excesivo por el sexo perjudica a la vida laboral, conyugal, etc. Por eso, hay que canalizar su fantasía hacia formas más aceptables", señala Santiago Frago, médico sexólogo del Instituto Amaltea.

Los adictos al sexo suelen ser hombres de 25 a 40 años, y muchas veces acuden persuadidos por sus parejas. Las nuevas tecnologías han cambiado la tendencia. Antes, los adictos solían visitar clubes o llamar a teléfonos eróticos. Ahora es más habitual ver páginas pornográficas en Internet o quedar con personas a través de la Red para practicar sexo sin compromiso.

El tratamiento evalúa su adicción y estado de ánimo para descubrir las causas del problema, intenta controlar el ambiente en el que se desenvuelven y dura unos cuatro meses. "Suelen ser personas con baja autoestima o depresiones, que buscan atraer a los demás y, a veces, sufren síndrome de abstinencia", señala Cristina Justa. Por eso, en ocasiones se les receta algún tipo de antidepresivo.

Casos en adolescentes

Ya empiezan a darse algunos casos de adicción al sexo entre jóvenes. La mayoría de los afectados se dedican a mirar páginas pornográficas por Internet, lo que se convierte en un problema cuando se hace en lugares donde está prohibido. En Zaragoza ya han atendido a algunos padres preocupados por sus hijos porque los profesores les han pillado masturbándose en el colegio. Los expertos recomiendan enseñar a los jóvenes que el sexo es bueno si se usa bien.