Morgan Freeman: "No creo en el matrimonio para toda la vida"

  • El actor estadounidense regresa al cine en 'Ático sin ascensor', una comedia sobre el amor y la vejez que se estrena este viernes.
  • Incansable, trabaja ahora en un 'remake' de 'Going in Style' (1979), donde tres jubilados planean robar el banco que perdió sus fondos de inversión.
El actor Morgan Freeman en una entrega de premios de 2012.
El actor Morgan Freeman en una entrega de premios de 2012.
GTRES
El actor Morgan Freeman en una entrega de premios de 2012.

Morgan Freeman tiene 78 años y no es capaz de imaginarse un pasado distinto al que ha tenido como actor. Confiesa que tal vez le habría gustado ser "vagabundo, para viajar con libertad", una palabra que define bastante su filosofía.

Aunque no cree en el amor para toda la vida, en su nueva película, Ático sin ascensor (5 Flights Up) –se estrena este viernes en España– interpreta a Alex, un viejo artista romántico y entrañable, enamorado con ternura de su mujer más de cuarenta años después de conocerla.

El papel de Ruth lo interpreta la también oscarizada Diane Keaton. Su presencia en la película fue clave para que Freeman se decidiese no sólo a participar en ella sino a producirla. Juntos protagonizan esta comedia romántica dirigida por Richard Loncraine sobre la que el actor charló con 20minutos.

¿Cómo ha sido trabajar con otra veterana del cine como Keaton?

La adoro y me ha encantado trabajar con ella.  Siempre la he admirado a ella y a su trabajo, es una actriz fascinante. Diane y yo nos conocimos en 2008 y ya entonces decidimos que deberíamos trabajar juntos algún día si tuviéramos la oportunidad.

¿Por qué Alex y Ruth deciden dejar la casa que adoran y en la que han vivido toda su historia juntos?

Ellos no quieren, ese es el conflicto. Pero la sobrina de Ruth les aconseja dejar su apartamento ubicado en el quinto piso de un viejo edificio de Brooklyn antes de que llegue el día en el que ninguno sea capaz de subir las escaleras.

Eso, y el elevado precio que tiene ahora la casa por su ubicación...

Sí, eso también, claro.

La película arranca con una escena que aborda la transformación socioeconómica que ha vivido el barrio en los últimos años, después de que "hipsters y pijos" hayan abierto tiendas ecológicas donde antes había pequeños negocios familiares. ¿Qué opina de este proceso de cambio en las ciudades?

Esto no es nuevo, en Brooklyn, que es el barrio de la película, lleva ocurriendo desde los años ochenta. Los alquileres y en general el nivel de vida se han vuelto tan caros en algunas zonas renovadas que la gente se ve forzada a mudarse porque ya no puede permitirse vivir allí. Ahora también afecta a otros barrios de Nueva York como Manhattan y Harlem, y me imagino que como fenómeno no tardará mucho en llegar incluso al Bronx.

El largo romance de los protagonistas, que llevan más de 40 años casados, conmueve por la complicidad que todavía los une tras una vida bajo el mismo techo.  ¿Cree que el amor puede durar intacto tantos años o que lo que pervive es el cariño y la amistad?

No sé... (ríe) Es una pregunta complicada. Para mí es difícil comprender la posibilidad de poder estar casado con la misma persona durante tantos años. El divorcio es algo tan fácil y se ha vuelto tan común que cada vez es más difícil encontrar historias de parejas que pasen toda una vida juntos, cada vez hay menos casos de personas con un matrimonio de cuarenta, cincuenta o sesenta años.

¿Está usted casado?

Ya no, pero lo he estado dos veces y el compromiso para toda una vida es algo duro (bromea). Para mí la clave del matrimonio son los hijos. Si uno quiere o no quiere tenerlos. Si se quiere formar una familia entonces hay que casarse, de lo contrario, no hay razón para hacerlo.

Ahora mismo se encuentra inmerso en un rodaje junto a Michael Caine, ¿qué espera de este nuevo proyecto?

Sí, se llama Going in Style y en realidad es un remake de una película de los años setenta. Cuenta la historia de tres amigos retirados que deciden tomarse la justicia por su mano y robar el banco que causó que perdiesen todos sus fondos de inversión. De momento el rodaje va muy bien, creo que va a tener mucho éxito.

¿Por qué?

Bueno aunque solemos decir que el crimen nunca lleva a nada bueno o que no hay crimen sin castigo, lo cierto es que en esta historia, el plan de robar al banco que los estafó no es tanto cometer un crimen como tal, sino más bien un intento de salvación por parte de los protagonistas. Ahora ya sabemos que los bancos durante años crearon dinero de forma ilegal. Todo el negocio fraudulento de la burbuja inmobiliaria fue una actividad criminal por parte de los bancos, así de simple. El mensaje que subyace en esta película, y que por eso creo que le llegará a la gente, es que un crimen contra un criminal no debería ser considerado un crimen.

Muchos piensan que con una carrera tan larga y prolífica a sus espaldas la industria del cine no le ha reconocido lo suficiente. ¿Echa de menos algún premio?

No, no estoy de acuerdo con eso en absoluto, creo que me ha reconocido grandes momentos.

Recientemente fue noticia por pedir la legalización de la marihuana, ¿le sorprende que los medios polemicen sobre sus palabras cada vez que defiende su uso?

No, porque es un tema que interesa a la gente, así que es normal que se hable de ello. De hecho creo que en los Estados Unidos la tendencia será a que la ley sea cada vez más flexible, porque los países deben ir con la mentalidad de la población. Ahora mismo sólo los estados de Colorado y Washington permiten su uso de forma controlada, pero se espera que en poco tiempo se sumen Nueva York y California.

¿Qué le queda por hacer en el cine?

No sé, lo que sea que venga, hay años que hago dos películas y otros que incluso me da tiempo a rodar cuatro. La próxima cinta que tengo pendiente de hecho es de acción, si el proyecto sale adelante seré un agente de la CIA.

¿Y en la vida?

Ahora vivo en Mississippi y estoy empezando un negocio nuevo relacionado con las abejas y miel que me divierte mucho.

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