China exhibe su nuevo armamento nuclear y antinavío, en un aviso a sus rivales

  • El presidente chino Xi Jinping ha presidido un gigantesco desfile militar con el supuesto ánimo de conmemorar el 70 aniversario del final de la II GM.
  • Sin embargo, la presencia en el mismo de los últimos avances militares de la potencia asiática se interpretan como una muestra de su fuerza militar.
  • El desfile estuvo férreamente controlado y se detuvo o persiguió a 40 activistas cuando se dirigían a Pekín a presenciarlo o tras criticar la marcha.
  • Buena parte del nuevo armamento chino tiene capacidad nuclear, es difícilmente interceptable y puede orientarse a la destrucción de portaaviones.
Un vehículo armado carga con un misil balístico antiibuque DF-21 por la plaza de Tiananmen en Pekín (China) durante el desfile militar con motivo del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Un vehículo armado carga con un misil balístico antiibuque DF-21 por la plaza de Tiananmen en Pekín (China) durante el desfile militar con motivo del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
WU HONG / EFE
Un vehículo armado carga con un misil balístico antiibuque DF-21 por la plaza de Tiananmen en Pekín (China) durante el desfile militar con motivo del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

La China del presidente Xi Jinping ha querido mostrarse este jueves al mundo como una gran potencia militar, en un gran desfile con motivo del 70 aniversario del final de la II Guerra Mundial que también quiso cimentar a nivel interno la nueva imagen de un país poderoso en la escena mundial.

Ante jefes de estado de una treintena de países (ninguno occidental) y al son de bandas y coros que interpretaron temas militares y patrióticos, unos 12.000 soldados, 500 vehículos y misiles y unas 200 aeronaves marcharon por la enorme avenida de la Paz Eterna (Chang An), en la simbólica plaza de Tiananmen. Xi recordó en su discurso que los ocho años de guerra (1937-45) causaron a China 35 millones de muertos y heridos, pero terminaron en "la primera victoria completa" del país en tiempos modernos, contra el invasor japonés.

Tras la intervención de Xi, desfilaron durante 50 minutos unidades de soldados a pie (incluyendo unos mil extranjeros), vehículos blindados, unidades de misiles, cohetes convencionales y nucleares, drones y aviones y helicópteros de todas las armas.

Una buena parte de los sistemas de armamento son de última generación y fueron mostrados en público por primera vez, como el misil antibuque DF-21D o el bombardero de alcance medio H-6K, que dotan a las fuerzas chinas de capacidades ofensivas que nunca antes habían tenido.

Las unidades marcharon por una plaza de Tiananmen coronada de banderas rojas, con las gradas de espectadores frente a la entrada de la Ciudad Prohibida, sobre la que estaban Xi y sus huéspedes, por encima del retrato de Mao Zedong que preside permanentemente la puerta.

El público -que accedió exclusivamente por invitación oficial y soportó horas al sol por cuestiones de seguridad- se hartó de hacer fotos y selfis con lo último de la tecnología bélica nacional y con la fotogénica puerta de la Ciudad Prohibida como fondo.

Entre los dirigentes extranjeros destacó el presidente ruso, Vladímir Putin, en un lugar preeminente y recibiendo las mayores ovaciones del público. Putin fue el líder foráneo más importante en un evento ignorado por los dirigentes occidentales, por lo que los presidentes más destacados, además del ruso, fueron los de Suráfrica, Bielorrusia, Kazajistán, Egipto o Venezuela.

Varios de los líderes que asistieron encabezan regímenes autocráticos y, en el caso de Sudán, su presidente, Omar al Bashir, está reclamado por la Corte Penal Internacional (CPI) por genocidio.

El desfile tuvo lugar únicamente para unos pocos miles de invitados y para los televidentes de China y el resto del mundo, ya que los habitantes de Pekín fueron instruidos para no presenciar en la calle el paso de unidades ni mirar desde sus ventanas.

Las medidas de seguridad fueron realmente draconianas, con las calles de Pekín prácticamente vacías, para un evento en el que las autoridades no repararon en gastos, declarando dos días festivos (este jueves y viernes) y cerrando miles de fábricas y obras de la región para reducir la contaminación y lograr un cielo azul radiante.

El evento fue, sobre todo, una demostración de fuerza del Gobierno chino y en concreto del presidente Xi, quien, además de enseñar al mundo lo último en tecnología bélica propia, quiso, principalmente, mostrar a nivel interno la fortaleza de su poder político y militar. Este desfile, el primero en China desde 2009, fue especial también porque hasta ahora ningún presidente había organizado uno tan pronto en su mandato (Xi asumió el cargo en marzo de 2013).

Un objetivo no previsto inicialmente ha sido devolver el orgullo a la población tras las explosiones del puerto de Tianjin, que volvieron a revelar la poca seguridad del rápido desarrollo industrial y la corrupción del país, pero también tras las graves crisis de los mercados financieros, que cuestionaron la solidez de la economía china y la madurez de sus bolsas.

Este desfile ha sido además el primero con la asistencia de un presidente chino y sus dos antecesores, ya que estuvieron Hu Jintao y Jiang Zemin, cuya imagen en las pantallas fue recibida con muestras de alegría por el público y quien a sus 89 años sigue desmintiendo rumores sobre su fallecimiento.

Represión a los críticos

Al menos 40 activistas o peticionarios chinos han sido arrestados o perseguidos por tratar de acudir al desfile militar celebrado en Pekín a protestar o por criticar el evento, según confirmaron desde la organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD).

Las detenciones se han producido en distintas provincias y ciudades de China. Uno de los casos más llamativos es el de un veterano de guerra discapacitado de 51 años, Li Jiangliang, que desde finales de los 90 ha estado reclamando justicia por una disputa con diversos funcionarios locales que le intimidaron y amenazaron, y que nunca fue resuelta. Por sus intentos de reclamar justicia, fue sentenciado a tres años de cárcel y, desde entonces, considerado un "criminal" a ojos del Gobierno. Según los datos de CHRD, la Policía ha decidido arrestarle unos quince días.

El nuevo y terrible armamento chino

Con el desfile China ha querido mostrar sus rápidos avances en tecnología militar, especialmente en misiles balísticos y aviación, en un claro aviso a potenciales rivales futuros como EE UU o Japón y sobre todo a sus navíos de guerra. Estos son algunos de las piezas más avanzadas de su armamento.

  • Misil Dongfeng DF-26, "el asesino de Guam". El Dongfeng ("Viento del Este") DF-26, de alcance intermedio y que puede tener uso tanto nuclear como convencional, es apodado así por los expertos occidentales en armamento porque tiene una autonomía de hasta 4.000 kilómetros, la distancia entre China y la base estadounidense de Guam, en el Pacífico. Los expertos consideran que puede instalarse un sistema de teledirección, lo que en el futuro lo podría convertir en una potente arma contra navíos de guerra, en un momento en el que Pekín tiene crecientes conflictos con naciones vecinas por la soberanía de islas en los mares de China Meridional y Oriental.
  • Misil Dongfeng DF-21D, capaz de destruir un portaaviones. Uno de los proyectiles balísticos que mayor atención ha despertado en los observadores, por su velocidad (10 veces la del sonido, lo que lo hace casi imposible de interceptar) y su capacidad para hacer estallar una cabeza nuclear en un blanco en movimiento, lo que lo puede convertir en el terror de los portaaviones. Según los seguidores de los avances en armamento, un arma así puede acabar con el poder hegemónico en el mar que los portaaviones han tenido desde la Segunda Guerra Mundial, lo que afectaría a potencias como EEUU.

  • Misiles antinavío Yingji YJ-12. Otra esperada y temida innovación del Ejército de Liberación Popular chino, los Yingji ("Ataque de Águila") YJ-12, similares a los Kh-31 soviéticos, son unos misiles balísticos supersónicos de corto alcance (250 kilómetros) que, según el ejército estadounidense, también podrían ser letales en un ataque combinado contra un portaaviones.

  • Misil DF-5B, el más potente del arsenal chino. Con un alcance intercontinental de entre 12.000 y 15.000 kilómetros, el DF-5B es el misil de mayor potencia en la artillería del país asiático. "Es un orgullo para la dignidad del país", señalaron los locutores de la televisión estatal china cuando estos misiles pasaban por Tiananmen. Se le considera una evolución del DF-5A, modificado para ser capaz de transportar tres o más cabezas nucleares. En el desfile también se mostró otro armamento intercontinental el DF-31A.

  • Bombarderos de medio alcance H-6K. Surcaron los cielos de Pekín, habitualmente cerrados a cualquier tráfico aéreo, numerosos aviones de la fuerza aérea, entre los que destacó el bombardero H-6K, nunca antes mostrado en público y capaz de llevar a cabo ataques con armas nucleares. China también enseñó sus avances en aviones AWACS con sistemas de alerta temprana (aviones dotados de radar para detectar cazas enemigos en el aire), sus nuevos cazas J-15 para su uso desde portaaviones (un tipo de navíos que el país ha comenzado a desarrollar en esta década).

  • Vehículos de asalto TJ900, para operaciones antiterroristas. Fueron parte de los numerosos escuadrones de vehículos acorazados y tanques que desfilaron en Tiananmen, que incluyeron aparatos de asalto anfibio (con su característico color azul) y antiaéreos.
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