El coordinador de UCCL en Valladolid, Valentín García, ha pedido poder quemar rastrojos en Castilla y León a partir del 15 de septiembre ante los "insistentes y reiterados" problemas fitosanitarios que están sufriendo los cereales de invierno en las últimas campañas desde el convencimiento, además, de que es un momento "excepcional" para llevar a una práctica que "se hizo toda la vida".

García ha defendido además que a mediados del mes de septiembre baja "mucho" el nivel de riesgos de incendios en Castilla y León por lo que ha insistido en la conveniencia de permitir la quema de rastrojos en esta fecha que es "cuando es su época", y no en noviembre o febrero, menos favorable por motivos meteorológicos, como se ha permitido en años precedentes.

El coordinador de UCCL en Valladolid ha explicado que su organización pide este permiso para quemas controladas de rastrojos "en tiempo y forma" por lo que espera que la Administración de el visto bueno a esta práctica que permitirá acabar también contra un "montón de malas hierbas" e, incluso plagas, por la proliferación de broza por las últimas tormentas.

"No tiene porqué ocasionar peligro", ha defendido el coordinador de UCCL en Valladolid, que ha insistido en que la quema de rastrojos era una práctica habitual de los agricultores que "normalmente" han sabido hacerlo, a lo que ha sumado que en comunidades autónomas como Castilla-La Mancha sí se han concedido permisos para quemas controladas.

Por otro lado, García ha aprovechado la ocasión para reclamar a la Junta de Castilla y León un cambio del actual sistema de seguros agrarios, que llegaron a contar en su día con una partida de 15 millones de euros frente a un millón en 2015, para ayudar a los agricultores a contratar el seguro al inicio de la campaña "y no a toro pasado".

"La política de seguros iba en la buena línea y ayudaba a la rentabilidad de las explotaciones", ha reconocido García quien ha asegurado que con el cambio en 2012 de la política de subvenciones ha caído en torno al 10 por ciento la suscripción de seguros agrarios, con el riesgo que supone para los agricultores.

A esto ha sumado la falta de adecuación de las pólizas al rendimiento real de los cultivos ya que los agricultores de Castilla y León están apostando más por el trigo, que ha ganado terreno a la cebada, mientras que los rendimientos que se aseguran para el primer cereal son inferiores al segundo.

Del mismo modo, ha recordado que la actual tendencia de rotación de cultivos sobre una misma cama también incrementa los rendimientos cuando se siembra girasol o leguminosas por lo que ha reclamado que se tengan en cuentan esas expectativas de una mejor cosecha, si bien ha reconocido un "insuficiente" incremento del 5 por ciento.

Finalmente, ha advertido del "preocupante" incremento del precio del abono de entre 20 y 30 euros por tonelada a pocos meses del inicio de la nueva campaña de siembra cuando los precios de los cereales están a la baja con "inactividad" en los mercados. García no ve justificación para ese incremento del precio del abono, máxime en un momento en el que el petróleo está a la baja.