¿Aquí qué se come?: el turismo gastronómico se convierte en una prioridad para muchos

  • Proliferan las rutas gastronómicas porque el turista quieren conocer los bares, templos de las tapas españolas y el paisanaje de cada local.
  • Es fundamental que la experiencia no se quede únicamente en el plato.
  • En Madrid, los precios van desde los 65 hasta los 95 euros por persona.
Tapas
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LA GULATECA
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Ver monumentos, museos, plazas, estatuas y demás paisaje urbano está muy bien, pero ahora los turistas también quieren conocer el paisanaje, especialmente el que puebla los bares, templos de las tapas, codiciados bocados allende nuestras fronteras y responsables de la proliferación de las rutas gastronómicas.

Un grupo de amigos, unas cervecitas y en medio tapas, pinchos o raciones. Ésta es una de las estampas españolas que más se ha internacionalizado, algo que a buen seguro ha influido en que cada vez sean más los turistas que buscan conocer una ciudad a través de sus bares y restaurantes. "Intentamos conectar a los turistas con la comida y las experiencias gastronómicas de cada ciudad", explica James Blick, socio fundador de Devour Spain –Devorar España, en castellano–, una de estas empresas especializadas en el turismo culinario.

Para este neozelandés –cualidad que sin duda le ha ayudado a perfilar su producto para los clientes foráneos– otro fundamento de las rutas gastronómicas ha de ser precisamente que la experiencia no se quede únicamente en el plato. "También procuramos contar la historia de cada ciudad o barrio que visitamos a través de la comida y de su gente", resalta Blick, quien subraya que durante estas rutas también queda tiempo para conocer a los dueños de los bares y restaurantes, que en ocasiones también permiten a los asombrados turistas entrar a las cocinas.

Visitas a los mercados, desayunos, montaditos, tapas y hasta potajes componen la hoja de ruta que ha establecido Blick junto a sus socios para esos paseos que se extienden durante tres o cuatro horas por ciudades como Barcelona, Sevilla o Madrid por precios que van desde los 65 euros hasta los 95 por persona y ruta.

La capital es el terreno de Juan Serrano y su mujer, Emily, quienes pretenden transmitir a sus clientes "lo más significativo de la historia de Madrid con los mejores productos que allí se ofrecen" a través de su empresa de rutas gastronómicas, Madrid Tapas Trail. "Todo surgió cuando Emily vino de Irlanda y llegó a un país extranjero que no conocía y donde echó en falta que alguien la llevara de la mano a los sitios más importantes de la ciudad", apunta Serrano. Junto a su pareja intentan transmitirle al turista la esencia de Madrid y sus alimentos por un precio de 80 euros por persona. Su público se divide entre visitantes nacionales y extranjeros, al contrario que en el caso de Blick.

El neozelandés admite que la inmensa mayoría de los participantes en sus rutas son foráneos que se sorprenden –positivamente– al contraponer la imagen que traen de lo que son las tapas y lo que finalmente encuentran. "Algunos vienen de Nueva York, donde hacen una reserva en un restaurante, se sientan y piden tapas de una carta que pone tapas, pero no entienden la tapa como nosotros", explica el empresario, quien hace referencia al marcado carácter social de salir a tapear.

"Se sorprenden mucho de que comamos tapas de pie", indica Blick, quien también señala que muchos visitantes piensan que la tapa es algo "mucho más sencillo" de lo que realmente es, cuando actualmente las elaboraciones se sustentan en varios productos de gran calidad.

Y en este punto está totalmente de acuerdo Serrano, quien no duda en ofrecer en sus rutas desde los mejores huevos rotos de Madrid, hasta las gambas al ajillo con más solera de la capital, pasando por las elaboraciones vegetales con más tradición, según confirma. Porque conocer una ciudad está bien, pero si es de bar en bar y de tapa en tapa, es aún mejor.

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