Según José Esquinas, ex secretario de la Comisión Intergubernamental de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura de la FAO (ONU), se produce un 60% de alimentos por encima de los que la población mundial necesita para alimentarse.

Esquinas ha definido esta paradoja no como un problema de producción de alimentos, sino como un problema de distribución y de acceso. "Los alimentos están, pero en el mercado internacional están sometidos a vaivenes de precios", ha añadido el experto, apuntando a los mismos como "el bien más estratégico e importante del mundo por encima del petróleo".

Estas declaraciones las ha realizado en el marco del curso 'IX Encuentros Sostenibles: agricultura, alimentación y medio ambiente' que, dirigido por Ezequiel Martínez, se está realizando en la Casa Palacio de los Briones en la localidad sevillana de Carmona, dentro de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO).

"Sin petróleo se puede vivir, pero sin alimentos no", ha declarado Esquinas, a lo que ha añadido que el acuñamiento del concepto 'soberanía alimentaria' viene a partir del ideal de que cada pueblo tenga la capacidad de producir alimentos de forma local, porque si no esa región entra en el riesgo de depender de otras que sí tengan esa capacidad.

"Durante la crisis alimentaria de 2008, se incrementó el hambre en los países que dependían de alimentos del mercado internacional", ha afirmado. La solución para el hambre en el mundo, según el experto, existe si hay "voluntad política para su resolución". En 2008 los alimentos básicos como el trigo, el maíz o el arroz, doblaron su precio: "un español que dedica solo el 17 por ciento del salario para alimentarse prácticamente no lo nota, pero en países en que 80 por ciento del sueldo de sus habitantes se dedica a comprar alimentos no es soportable", ha declarado.

Esquinas ha recordado como en los años 50 la mitad de los españoles dependía del campo para vivir y el progresivo abandono que ha tenido el mundo rural desde entonces. "Hemos pasado no solo a vivir de espaldas al campo sino a despreciarlo, que es algo absurdo porque el hombre es un elemento de la naturaleza y, por lo tanto, nuestro bienestar y felicidad se encuentra mejor en el campo y rodeado de ella", dice.

"Hablamos de la tierra, de nuestra casa, y el futuro de la humanidad no será posible si no es con el campo y dentro del campo. Es el hábitat del ser humano, hay que sustituir el cemento de las ciudades por el verde. Los africanos tienen un dicho sobre la naturaleza que dice: 'no nos pertenece, es un préstamo de nuestros hijos'", ha apostillado.