Carmen Linares: "El flamenco te atrapa y no sales nunca de él"

  • La cantaora jienense ofrecerá este lunes el espectáculo 'Encuentros' en Madrid, donde homenajea a Falla, Lorca y Juan Ramón Jiménez.
  • Carmen Linares defiende un flamenco "vivo" que evoluciona con los tiempos.
  • "De niña participé en concursos de cante pero nunca llevaría a mi hijo a un 'talent show' como los de la televisión", afirma.
Carmen Linares posa durante la entrevista en su casa en Madrid.
Carmen Linares posa durante la entrevista en su casa en Madrid.
JORGE PARÍS
Carmen Linares posa durante la entrevista en su casa en Madrid.

Carmen Linares mezcla en su discurso de dicción cuidadosa la magnificencia del cante grande con la lista de la compra; un verso puro de Juan Ramón Jiménez con las dificultades de su hija pequeña para hacerse un hueco en la interpretación ("Lo del trabajo es devastador para los jóvenes; para los actores y para todos", lamenta). Como su salón, que acoge vinilos, trofeos o el lienzo de David Zaafra —donde Carmen brilla pletórica, como una reina desgañitada sobre el escenario— entre las habitaules fotos familiares, la mesa camilla y el aparador de nogal que un pariente le regaló en su boda.

La profesional se impone, sin embargo, cuando llega la hora de explicar el espectáculo que esta referente del cante ofrecerá el próximo lunes, día 20, en el el escenario Puente del Rey en Madrid, Encuentros. "Queríamos rememorar los encuentros que protagonizaron Manuel de Falla, Federico García Lorca y Juan Ramón Jiménez en Granada y que fueron tan importantes para la evolución del flamenco", explica. También su directo será una gran reunión: Linares su subirá al escenario junto al guitarrista Cañizares y el grupo Camerta Flamenco Project.

De usted escribió Antonio Muñoz Molina: "Tiene la cordialidad llana de un ama de casa de Jaén y cuando rompe a cantar entra en un trance como de desgarro".

Soy una admiradora de Muñoz Molina y cuando leo algo que escribe sobre mí me da alegría. Es muy inteligente y certero.

 ¿Se reconoce en esa dualidad?

Claro, soy artista pero también soy ama de casa. Me gusta cocinar, que vengan mis hijos con sus amigos... He tenido una vida dedicada al arte pero también he sido muy madraza, un poco marujilla. Nunca he dejado de hacer cosas con mis hijos por mi profesión y en ocasiones he rechazado contratos que me obligaban a pasar mucho tiempo fuera. Luego me he subido al escenario y lo he dado todo... Y a eso me ha ayudado el amor a los hijos, el quererlos tanto, que es una sensación maravillosa.

¿También tiene algo de revolucionaria?

Me gusta estar al día de las cosas que pasan y siempre he intentado evolucionar en todos los sentidos, en mi vida personal y artística. Hay que estar en el presente porque el arte, si no evoluciona y no vas con los tiempos, se muere.

¿Qué dirían de eso los puristas?

Yo tengo una base absolutamente clásica y mi aprendizaje se basa en los pilares del flamenco. Respeto a quienes les gusta el flamenco tal y como se hacía hace 60 años pero prefiero seguir mi tiempo y mi camino. Al fin y al cabo estás transmitiendo a seres humanos que viven esta época.

También han destacado de usted que cantaba con todas las notas y todas las letras. Eso, en el flamenco, ¿es piropo o desprecio?

Intento que las letras se entiendan. Hay cantaores que vocalizan peor aunque son muy expresivos. Para mí la letra es fundamental. Necesito entenderme cuando estoy cantando y, además, algunas letras son tan hermosas... son un 50% en la interpretación.

Su espectáculo se nutre de dos autores opuestos: Lorca y Juan Ramón Jiménez.

Sí, por eso las composiciones y sus arreglos son diferentes y los han compuesto personas diferentes. Lorca es más sonoro, más vinculado al flamenco, y las piezas llevan su carácter. Luego está Moguer, que es un poema que Juan Ramón dedica a su pueblo. El compositor Juan Carlos Romero lo hizo en fandangos de Huelva. ¡El tema huele a Huelva!

¿El flamenco está dejando atrás las letras tradicionales para abrazar a los grandes poetas?

Antes lo hicieron otros, como Enrique Morente, pero cada vez es más frecuente. Hay letras populares que son una maravilla, son la sapiencia del pueblo, sentencias capaz de resumir en unas frases todo un concepto de vida. Pero si descubres un poema maravilloso de Miguel Hernández que encaja en una toná, ¿por qué no?  Todo suma y enriquece. El flamenco es una música abierta, un arte vivo y está expectante a todo lo que viene.

Hizo una antología en la que repasaba alguna de las mejores voces femeninas del flamenco. ¿Qué tiene este género de coto machista?

No es el flamenco sino la vida en general. Se ha avanzado muchísimo aunque aún queda por hacer. La antología la hice porque pensé que el trabajo de la mujer en el flamenco había sido tan importante que había que mostrarlo. No es que pretendiera entonces hacer una campaña feminista —aunque si hay que hacer feminismo, se hace— pero resulta que ayudó a que mucha gente se sorprendiera de la aportación de las mujeres al canto. Y animó a muchas a cantar.

¿Cómo era el mundo del flamenco cuando usted empezó?

Estaba mal visto que una mujer fuera artista y los primeros que se oponían eran los familiares. Yo he tenido suerte en ese sentido pero ha habido muchísimo machismo. Afortunadamente, hoy la niña que quiere cantar, canta.

Incluso la familia la anima y la acompaña, como se ve en algunos 'talent shows' televisivos.

No llevaría a mis hijos a ersos concursos de televisión. Si a tu niña le gusta cantar, hay que animarla. Yo he cantado de niña he ido algún concurso en el que, si ganabas, te regalaban una muñeca, pero no con la presión que se ve en esos programas. Los niños tienes que ser niños y seguir con su vida. Yo cantaba pero seguí estudiando, hice bachillerato...

¿El flamenco etá considerado un arte de segunda clase en España, como aseguran algunos de sus compañeros?

Es triste pero no tiene la consideración que se merece una música de su altura. Tendría que tener el mismo trato que se dispensa en España a, por ejemplo, la música clásica. No solo económicamente, también en la importancia que se le da. ¡Si es que han venido aquí directores de fuera, como Stravinsky, y han asegurado que era una pasada!

¿En su virtuosismo reside su belleza pero, también,  la dificultad que lo aleja de los públicos más jóvenes, acostumbrados a la simplicidad del pop?

El pop es una música más sencilla y es más fácil que te llegue, pero hay mucha gente joven que de repente descubre el flamenco. Como entren en ese mundo ya no salen nunca. Es una música que te atrapa porque te hace sentir mucho.

Y usted, ¿ha dado oportunidad a otros géneros musicales?

He trabajo con el jazz y me gusta mucho la música brasileña. Y también me gustan Alejandro Sanz y Miguel Campello, que antes era del grupo elbicho. Me gusta como canta, su rollo... vive la música muy intensamente. He colaborado con él en un tema de su último disco, una bulería muy graciosa que se titula Tuyo. Al final le metemos mucha marchita.

Biografía

Nació en 1951 en Linares (Jaén). Se formó artísticamente en los años setenta con artistas como Pepe Matrona, Fosforito y Juan Varea en los tablaos madrileños.  Su disco más importante es Antología de la mujer en el cante (Universal, 1996), con el que consigue consolidarse como referencia en el cante de mujer en el arte flamenco contemporáneo. Entre los premios más destacados que ha recibido a lo largo de su trayectoria destacan el Premio de la Música a toda una vida (2011), la Medalla de Oro de las Bellas Artes (2006) y el Premio Nacional de Música (2001).

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