Las amenazas de China contra Miss Canadá y un periodista en Washington

  • Anastasia Lin, Miss Canadá y de origen chino, denuncia que las autoridades chinas "intimidan" a su padre por su defensa a los derechos humanos: "No pueden amenazarme directamente, soy una ciudadana canadiense".
  • Lin asegura que su padre le pidió que detuviera su abogacía pero ella se ha negado: "China necesita una voz que les defienda".
  • El periodista Shohret Hoshur, de etnia uigur y que huyó de China en 1994, denuncia que sus hermanos están detenidos por sus artículos sobre Xinjiang.
Imagen del perfil de Facebook de Anastasia Lin, Miss Canadá.
Imagen del perfil de Facebook de Anastasia Lin, Miss Canadá.
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Imagen del perfil de Facebook de Anastasia Lin, Miss Canadá.

A las autoridades chinas les incomoda Miss Canadá. La joven, de origen chino, señala que se crió en un sistema occidental que le permitió conocer valores como los derechos humanos, que defiende activamente, y sostiene que el régimen chino quiere acallar su voz y ante la imposibilidad de hacerlo directamente, presiona a su padre.

Tras ganar el título de belleza en Canadá, Anastasia Lin asegura que recibió múltiples mensajes y un aviso: su padre estaba en peligro.

Su progenitor, que se quedó en la provincia china de Hunan cuando Lin y su madre emigraron a Canadá, comenzó a "ser intimidado" por las autoridades chinas por la defensa de los derechos humanos que lleva a cabo su hija, según afirmó la joven.

Su elección, en mayo, ha puesto más de relieve el trabajo de Lin en películas para denunciar lo que considera injusticias y violaciones de derechos cometidas en China.

"Las fuerzas de seguridad preferirían que me autocensurara, así que intimidan a mi padre para mandar un mensaje (...) No pueden amenazarme directamente. Soy una ciudadana canadiense, así que van contra mi familia para presionarme", afirma Lin.

Asegura que su progenitor le pidió que detuviera su abogacía y que, de no hacerlo, ambos seguirían caminos "diferentes".

Pero ella sostiene que "a raíz de esta experiencia, me he dado cuenta aún más de que la gente en China necesita una voz que les defienda. Y quiero seguir usando mi libertad para defenderles. Se cometen demasiadas injusticias", afirma.

Las presiones que ha sufrido son una práctica "común", dice Miss Canadá, y asegura que "es una experiencia que viven muchas personas que han dejado China para construir una vida en otros países".

"Es un intento de conseguir silenciarme"

Sus palabras las ratifica otro caso, el del periodista estadounidense de Radio Free Asia (RFA), Shohret Hoshur, de etnia uigur y que huyó de China en 1994 después de publicar varios artículos críticos con las autoridades.

Según Hoshur, en la actualidad sus tres hermanos están detenidos en China por los artículos que ha publicado en Estados Unidos sobre la región de Xinjiang, uno de los polvorines étnicos de China donde los enfrentamientos son comunes entre los uigures y los han, la mayoría étnica en el país.

En los últimos años, las autoridades han interrogado a sus hermanos, a las familias de éstos, a su madre y a su hermana sobre la cobertura de Shohret sobre la violencia étnica en esa región del noroeste de China y les han pedido que detallaran cómo contactaban con su hermano en Estados Unidos y cuáles eran las fuentes de éste.

"Mi familia no está interesada en asuntos políticos o sociales... Son mercaderes, campesinos, que no han querido otra cosa más en la vida que ser buenos maridos, hijos y padres", explicó el periodista uigur por correo electrónico.

Dice que el acoso a sus allegados en China comenzó en 2009, después de que el reportero publicara un artículo sobre la muerte de un uigur víctima de la tortura y que las autoridades comenzaron a visitar a su familia con amenazas, que dijeron pararían si Shohret dejaba su trabajo en RFA.

En junio del año pasado uno de sus hermanos, Tudaxun Hoshur, de 39 años, fue sentenciado a cinco años en un campo de trabajo, y los otros dos, Shawket Hoshur y Rexim Hoshur, de 53 y 37 años, están a la espera de juicio.

"No tengo ninguna duda de que este es un intento para conseguir silenciarme. Creo que las autoridades chinas ven mi trabajo como una contradicción a la versión que quieren establecer sobre Xinjiang", asegura el periodista, que dice que, desde 2009, cuando se produjo el peor episodio de violencia con más de 200 muertos en la región, Xinjiang está bajo un fuerte control y bloqueo.

Shohret no se plantea dejar de hacer lo que hace: "enviaría el mensaje equivocado. No sólo a China, sino a todos los países represivos con los medios. Les estaría diciendo que merece la pena castigar a periodistas, ir tras sus familias", asegura.

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