David Leventi retrata vacíos los 40 teatros de ópera más insignes

  • El fotógrafo estadounidense empleó ocho años en recorrer 19 países para hacer fotos en gran formato de los más gloriosos o espectaculares teatros.
  • Las imágenes están tomadas desde el centro del escenario y sólo con la iluminación de cada local para intentar recrear la visión de los protagonistas.
  • En el prólogo del libro 'Ópera', Plácido Domingo afirma que no puede evitar un 'sudor frío' al ver las fotos y pensar sentirse 'en la boca del lobo'.
Con capacidad para 701 personas fue inagurado en 1897 por los magnates del caucho de la selva brasileña. Apenas ha sido utilizado.
Con capacidad para 701 personas fue inagurado en 1897 por los magnates del caucho de la selva brasileña. Apenas ha sido utilizado.
© David Leventi - from 'Opera', published by Damiani www.damianieditore.com
Con capacidad para 701 personas fue inagurado en 1897 por los magnates del caucho de la selva brasileña. Apenas ha sido utilizado.

Las fotos de Ópera, el libro que acaba de publicar el estadounidense David Leventi (1978), están basadas en una paradoja: son los teatros de ópera más famosos o notables del mundo pero están vacíos de público e intérpretes. Pese a esa doble ausencia —que es triple si se añade un vacío más: la música—, las imágenes se asemejan a los silencios que interrumpen los libretos o partituras para, precisamente, hacerlos más dramáticos, golpeando al oyente-espectador como la tensa pausa entre dos truenos.

Meticulosamente y con la calma necesaria —ha tardado ocho años en concluir el proyecto—, Leventi ha viajado a 19 países de cuatro continentes para hacer lo mismo en cada uno de ellos: colocar su cámara de fotografía de gran formato en el punto central de la tarima de los escenarios de los más insignes locales de ópera del mundo y tomar una imagen desde el mismo punto de vista que tendría un protagonista durante un aria: el centro exacto del proscenio y a la altura de los ojos.

Sin luz artificial añadida

Para aumentar la sensación de irreal realidad, nunca usó fuentes de luz artificiales, sino las lámparas de techo y laterales de cada teatro. Montaba en la cámara objetivos de gran angular para captar la amplitud intimidante de la platea, los palcos y anfiteatros, los templos de la música donde se escenifican historias de amor, tragedia, dolor y muerte.

En el prólogo del libro, que acaba de ser seleccionado como uno de los diez mejores fotoensayos de los EE UU del verano de 2015 por la revista American Photomag, el tenor español Plácido Domingo confiesa que, pese a haber cantado en casi todos los locales retratados por Leventi, no puede evitar sentir que le recorre un "sudor frío" al pensar en todos los cantantes y músicos que han actuado en los míticos teatros, hallándose, como se dice en Italia, "in bocca al lupo" (en la boca del lobo). "Sentimos", añade, "que podríamos estar en las garras de una bestia gigante con varias filas de dientes, con la esperanza de que nos tratará amablemente".

Desde los míticos a los singulares

En Ópera —editado por Damiani [120 páginas y un PVP de 29,25 euros]— aparecen panorámicas de todos los imprescindibles escenarios de emoción y adrenalina del mundo, desde los míticos (la Scala de Milán, el Metropolitan de Nueva York, el Covent Garden Royal Opera House de Londres, la Staatsoper de Viena, el Mariinsky de San Petersburgo...), hasta otros que llaman la atención por la belleza, la antigüedad, la historia o el carácter curioso (como el Amazonas de Manaos, en plena selva tropical brasileña, o el Amargosa Opera House, en el Valle de la Muerte de los EE UU).

Entre los españoles entran en el elenco el Teatro Real de Madrid, los barceloneses Palau de la Música Catalana y Gran Teatre del Liceu y el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia. El libro añade una sección con fichas sobre cada local escritas por el crítico Thomas Mellins, con detalles sobre la construcción, el origen, la capacidad y otros apuntes técnicos.

Las fotos permiten trazar una cronología de los cánones del diseño de las óperas. Hijo de una pareja de arquitectos, Leventi opina que "el espacio en sí mismo puede ser el evento" y, desarrollando la idea, se ocupa de componer cada fotografía con la naturalidad e intención necesarias para que veamos las pequeñas salas regionales italianas de los siglos XVII y XVIII, cuando la música era sólo para unas docenas de personas.

Colocación ascendente de butacas

En el siguiente paso surgieron los imponentes edificios que se levantaron en el XIX en las metrópolis europeas, capaces de acoger a entre 1.500 y 3.000 personas gracias a la colocación ascendente de butacas en sucesivas galerías para que la nueva clase media tuviese cabida en un espectáculo nacido para la nobleza.

Finalmente aparecen las salas de ópera enormes de los EE UU y China, con hasta 4.000 asientos, donde la expansión ha eliminado la forma clásica de herradura y anulado el sentido de la intimidad.

Las fotos de Leventi, "sencillas pero lejos de ser simples", como escribe Marvin Heiferman en un ensayo en el libro, tienen una "formalidad impasible" pero "parecen imágenes documentales" que congregan pasado, presente y futuro. Las imágenes aluden también a los sentimientos de los músicos y cantantes, "analizados por los miles de ojos de un público crítico y expectante".

'Los ojos de un amante de la música'

El libro, añade Domingo, "provocará buenos recuerdos en aquellos de nosotros que hemos visto estos lugares con nuestros ojos, pero también traerá el placer indirecto a los amantes de la ópera que saben de algunos teatros solamente por su reputación". Leventi  ha "capturado la esencia de estos grandes templos del arte musical y ha creado una obra de arte en sí misma, un trabajo de amor de alguien que no sólo tiene los ojos expertos de un fotógrafo, sino también los oídos de un amante de la música verdadera", concluye.

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