Los deberes de verano, el eterno dilema ante las largas vacaciones

  • El Colegio de Pedagogos de Cataluña cree que dedicar el verano sólo a descansar es dejar de lado el estímulo de las habilidades mentales de los niños.
  • Estos profesionales estiman conveniente para los niños ir más allá de los cuadernillos de verano y estimular su participación en tareas lúdicas.
  • Sin embargo, no rechazan las actividades intelectuales clásicas ya que creen que los padres deben adaptar el itinerario educativo a las cualidades de sus hijos.
Niños realizan deberes de verano.
Niños realizan deberes de verano.
GTRES
Niños realizan deberes de verano.

¿Hay que poner deberes a los niños en verano?. Es la eterna pregunta que se hacen las familias y los profesores ante las largas vacaciones escolares y que cada año enfrenta a partidarios de los cuadernillos de verano y a los que defienden que las vacaciones son para descansar.

El Colegio de Pedagogos de Cataluña ha querido este año hacer una reflexión en voz alta sobre este sempiterno debate entre defensores y detractores de los deberes de verano y ha emitido su opinión al respecto, aunque no resulta concluyente.

"No hay una respuesta unívoca", opina el Colegio de Pedagogos, que reconoce que "la tradición de mandar y de hacer los llamados deberes de verano ha entrado en crisis".

Para centrar el debate, los pedagogos distinguen entre los alumnos de secundaria y los de primaria. A los de secundaria les sucede a menudo que hay alumnos a los que les ha quedado alguna asignatura pendiente y que tienen la oportunidad de recuperarla en septiembre, por lo que para ellos el verano es un tiempo extra para recuperar la materia con actividades que no son propiamente deberes en el sentido tradicional.

Según el Colegio de Pedagogos, no es en esta etapa secundaria en la que se produce el debate, sino entre los alumnos más jóvenes, los de primaria.

¿Quién necesita los deberes? ¿Los niños o sus padres?

"Pensamos que hay que evitar los planteamientos dicotómicos a favor o en contra de los deberes veraniegos", advierte el Colegio de Pedagogos de Cataluña en su reflexión escrita, en la que se pregunta: ¿quién necesita que los niños tengan deberes? ¿Ellos mismos o sus padres?".

"Si partimos de la base que durante todo el año los padres son los primeros educadores de sus hijos, más aún lo son en tiempo de vacaciones. Y, además, hay que tener en cuenta que los maestros no pueden estar junto a sus alumnos mientras realizan las actividades recomendadas para el verano", argumentan los pedagogos.

De hecho, según estos profesionales, lo que está en juego es cómo ocupar el tiempo de ocio durante tantas semanas, por lo que parece que "unos deberes bien pensados y personalizados pueden contribuir a tener algo positivo que hacer durante un rato porque hay tiempo para todo si se organiza".

"Está admitido por buena parte de la bibliografía pedagógica actual que la educación debe ser personalizada y adaptarse a los ritmos de aprendizaje de cada alumno", recuerdan los pedagogos, partidarios de que en vacaciones quien debe planificar esta personalización son las familias.

Taras compatibles con el esparcimiento

Aunque estos profesionales reconocen que "ya nadie recomienda tareas monótonas, repetitivas y descontextualizadas", hay que tener en cuenta que "también hay niños a quienes les gustan los enigmas, hacer un cuadernillo, leer o hacer operaciones aritméticas".

"No hay que frustrar esta inquietud, si realmente existe. A veces exageramos cuando tenemos tendencia a ver sólo los inconvenientes que supone dedicar un rato al día a realizar tareas de tipo intelectual que no tienen por qué ser siempre lúdicas", concluyen los pedagogos.

"El tópico que afirma que el verano es para descansar -añaden- esconde un reduccionismo que, en realidad, equivale a pretender que no se estimulen habilidades mentales durante dos meses largos cada año". El Colegio de Pedagogos advierte que no es que esté apostando por los cuadernillos y las fichas necesariamente, "pero no los despreciaríamos sin más".

Lo que sí proponen, desde un punto de vista pedagógico, son algunas sugerencias como cocinar, cultivar un huerto, descubrir la jardinería, programar visitas culturales en familia, jugar con los amigos, leer, escribir, hacer deporte, hablar, escuchar, ver una buena película, aprender a tocar un instrumento, hacer encargos, hacer las tareas de casa o iniciarse en el bricolaje.

"Todas estas tareas son también una manera de hacer matemáticas, lenguas, reforzar competencias y habilidades, hacer educación física, ciencias naturales, música...", defienden los pedagogos.

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