Los Encuentros de Arlés, el festival decano de fotografía en Europa, llega este año a la edición 46ª y cambia de aspecto y contenido. El evento, que se desarrolla hasta el 20 de septiembre en la ciudad francesa, quiere sacudirse dos o tres características académicas y clasicistas y, de la mano de un nuevo director, desea convertirse en una "incubadora" de tendencias.
"¿Qué es un festival? Ni un museo ni un espectáculo. Un festival debe escapar de la trampa de esto o aquello y reafirmar su libertad constantemente", afirma el recién llegado director del certamen, el francés Sam Stourdzé, nacido en 1973 y que tuvo su último destino profesional como director del Museo de l'Élysée de Lausana. Consciente de que no le quedaba otra salida que la patada hacia arriba tras la dimisión en 2013 de François Hébel, responsable desde 2001 de los encuentros y enemigo declarado de la política cultural del Gobierno francés.
'Centro de experimentación'
Frente a las directrices más centradas en lo fotográfico del antiguo equipo directivo, el nuevo comisario quiere que Arlés se convierta durante los encuentros en "un centro de experimentación y exploración multidisciplinar". Stourdzé ha resumido sus intenciones con cuatro adjetivos tan sonoros como indefinidos —"'hibridación, contaminación, confrontación y fricción"— y, para que se note el cambio desde un primer momento, ha renovado la identidad corporativa del certamen.
Desde la idea de que la fotografía debe ser entendida como "terreno de reunión para diálogos transdisciplinarios", el primer programa que entrega el nuevo comisario aborda las relaciones de la imagen con, entre otras disciplinas, la arquitectura, la música y el cine. Además de las habituales actividades paralelas a las meramente expositivas —por ejemplo, los talleres y las prácticas de verano con figuras como la española Isabel Muñoz y el francés Antoine D'Agata—, los Encuentros presentan este año 35 grandes exposiciones.
Walker Evans y Stephen Shore
Agrupadas en media docena de secciones, entre las muestras destacan las Relecturas de la obra de dos grandes maestros estadounidenses: uno de ellos fallecido, Walker Evans (1903-1975), uno de los genios decisivos de la fotografía moderna, y otro aún vivo, Stephen Shore (1947), el gran territorialista. La completa antología de este último que se verá en Arlés ya fue expuesta en Madrid por la Fundación Mapfre.
Resonancias muestra la fotografía en diaologo con la arquitectura —los neones de los EE UU retratados por el holandés Toon Michiels, las mayestáticas fachadas de catedrales del alemán Markus Brunetti...—, la música y el cine, con una singular colección de imágenes de Paul Ronald tomadas en color durante el rodaje de la película Fellini, 8 1/2.
La foto como correspondencia
Te escribo desde un país lejano plantea las fotos como correspondencia, con exposiciones de las famosas imágenes de Martin Gusinde de los nativos de Tierra de Fuego y la colectiva Otro lenguaje, que agrupa obras de ocho artistas japoneses contemporáneos. Las plataformas de lo visible exhibe "nuevas aproximaciones" a la fotografía documental, con series como la de la pareja de Paolo Woods y Gabriele Galimberti sobre los paraísos fiscales y Alex Majoli y Paolo Pellegrin sobre el Congo.
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