Lesbianismo (bollera, tortillera, cimbalita, ginecocigio, tribadismo, homofilia, homosexual femenino)

La palabra lesbiana proviene de un relato trágico griego relativo a una mujer llamada Safo, que vivió alrededor del año 600 a.C.

Dirigía una escuela de doncellas en la isla de Lesbos. Safo se enamoró de una de sus alumnas, Faón, que no le correspondió y, desesperada, se suicidó ahogándose en el mar.

Dejó una extensa colección de poemas de amor al estilo de Píndaro, expresando de manera sublime el amor entre mujeres, de los cuales sólo han llegado hasta nosotros unos pocos que son los que se salvaron de las llamas de la Inquisición.

Pero aunque sus poemas dan a entender lo contrario, los griegos fueron absolutamente intolerantes son las relaciones entre mujeres y aunque permitían las de chavales adolescentes y hombres adultos nunca permitieron tampoco las que pueden darse entre hombres hechos y derechos.

Las lesbianas al elegir compañera de cama no se diferencian en nada del resto de los mortales. Algunas prefieren lo conocido y otras buscan lo exótico, algunas gustan de las relaciones estables y otras prefieran la aventura y el descubrimiento. Las hay que pueden comportarse muy “masculinamente”, otras que pueden ser extremadamente “femeninas” y otras pueden preferir un “look” andrógino, personal e indefinido.

En cuanto a la conducta sexual también sus gustos suelen ser muy variados. Algunas sienten un profundo rechazo hacia cualquier tipo de penetración y prefieran las caricias exteriores y otras disfrutan con la penetración mutua con los dedos, o con un consolador.

Algunas practican el cunnilingus y otras no, algunas mantienen parejas estables de larga duración y otras no; las primeras lo atribuyen a la ventaja que supone convivir con una persona con la que se comparten sentimientos y aficiones y las otras achacan al exceso de conocimiento la dificultad de mantener la pasión en el tiempo.

Las lesbianas tienen una gran ventaja con respecto a los gays: su capacidad de tener hijos, ya sea eligiendo un buen semental o a través de la inseminación artificial, para la que ni siquiera es necesario recurrir a un profesional, algunos grupos de autoayuda de lesbianas enseñan como hacerlo con una jeringuilla.

En casi todas las ciudades grandes hay clubes de autoayuda y bares exclusivos, en los que las lesbianas pueden conocer, relacionarse y ligar con personas que sienten y sufren de la misma manera que ellas y por lo mismo.

Concluyendo, las mujeres que aman a otras mujeres no se diferencia en nada de las mujeres que aman a los hombres. ¡Ojalá llegue el día en el que para definir a una persona no sea necesario apostillas su tendencia sexual!

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