Gobierno y ETA pactaron el contenido de la declaración de la tregua y del anuncio de Zapatero del inicio de los contactos

  • Según informa en su edición de hoy el diario 'Gara'.
  • En julio de 2005 la banda y el Ejecutivo se reunieron en un país europeo para llevar a cabo más de una decena de reuniones.
  • Al parecer el Gobierno intentó que ETA acabara con la kale borroka, a lo que la banda le contestó que no tenían responsabilidad sobre ello.

Gobierno y ETA pactaron el contenido de la declaración del alto el fuego permanente de la banda, así como el del anunció del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del 29 de junio en el Congreso, en el que oficializó el inicio de contactos con los terroristas, según informa en su edición de hoy el diario abertzale Gara.

El diario asegura que ninguna de las dos iniciativas se realizó de manera unilateral y que ambas cuestiones habían sido "largamente debatidas, maduradas y consensuadas" por interlocutores de ambas partes entre julio y noviembre de 2005. Asimismo, añade que se pactaron también las llamadas "garantías" y las condiciones para las siguientes fases.

Según explica Gara, el acuerdo para impulsar la búsqueda de un proceso de paz surgió a partir de más de una decena de reuniones celebradas en un lejano país europeo en julio de 2005 y en las que participó una delegación de ETA y representantes del Gobierno.

Compromisos de índole política

En estos encuentros se suscribieron unos compromisos de índole política que se ratificarían cuatro meses más tarde, dice el diario. El acuerdo incluía tanto el carácter "permanente" de la declaración de alto el fuego de ETA como el contenido del mensaje del presidente del Gobierno, así como una serie de garantías de las que Gara informó hace ahora casi un año.

Estas reuniones, que fueron denominados como "punto cero", contaron también con la mediación y colaboración de una organización internacional especializada en resolución de conflictos.

Los encuentros, que duraron ente dos y tres horas cada uno, dieron pie a otra ronda de reuniones celebradas en el mes de noviembre de ese mismo año 2005.

Según informa el diario, el Gobierno socialista habría admitido "expresamente" en estas entrevistas que, tanto el diálogo de Argel, en 1987, como el de Zurich, en 1999, "habían nacido muertos a nivel teórico y de metodología".

En ese sentido, coincidió con la banda en la necesidad de dejar a un lado las experiencias frustradas del pasado. Asimismo, ambas delegaciones habrían destacado también las posibilidades abiertas por el método establecido en Anoeta.

La cuestión central

Tras los prolegómenos, la cuestión central consistió en abordar el modo en el que el presidente Zapatero haría "una declaración de respeto a la decisión de la ciudadanía vasca" y cómo previamente ETA proclamaría un alto el fuego que terminaría siendo definido como "permanente" en el acuerdo.

En cuanto al contenido de la declaración que tenía que hacer el presidente del Gobierno, fueron necesarias un total de siete reuniones, cerca de 20 horas, sobre cuatro párrafos de la misma, que debía incluir, según el diario abertzale, que el Gobierno y ETA "abrirán una negociación de cuestiones técnicas".

Principales escollos

Los principales escollos entre ambas partes radicaban en la decisión de determinados conceptos (Gara cita los términos "conflicto" o "sociedad vasca") que, por falta de acuerdo entre las partes, finalmente fueron suprimidos del texto "pactado' y concretadas en las llamadas "aclaraciones" o "anexos".

Sobre el texto del anuncio de alto el fuego por parte de ETA (cuyo contenido exacto del mensaje quedaba en manos de la banda, pero con la condición de ser redactado tanto en castellano como en euskera para no generar malentendidos), las intervenciones del Gobierno en estos encuentros se centraron en garantizar que la organización terrorista debía incluir la palabra "permanente" en el texto y "apuntar a un horizonte final de la cese de la lucha armada".

El Ejecutivo también intentó que se incluyera la eliminación de la kale borroka, a lo que los etarras contestaron "que no tenían responsabilidad sobre ello".

En la iniciativa de ETA se incluyeron unos anexos en los que se pactó el lenguaje que se iba a emplear durante la negociación, así como un preámbulo en el que se dice textualmente: "aun con diferentes consideraciones ideológicas, y aunque no compartamos el modelo estratégico y de construcción política, estamos de acuerdo en que existe una realidad con vínculos sociopolíticos, culturales lingüísticos e históricos llamada Euskal Herria".

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