La madre y el padrastro de Alba negaron el martes ante el juez haber maltratado a la pequeña , de seis años, hechos de los que están acusados y por los que ambos cumplen prisión provisional.

Él por ser presunto autor de los delitos y ella por supuesto encubrimiento. El padre biológico nos lo explica para 20 minutos.

¿Se ratifica en su versión de lo que pasó?

Sí. Dicen que no la tocaron y que se cayó. Cuando declare ante el juez diré que yo no la toqué. Y que el 18 de diciembre [de 2005], cuando se le rompió el brazo, yo estaba en Fraga comprando en el Sabeco. Era imposible estar en Montcada. Es poca la cárcel que le caiga a ellos dos.

¿Qué régimen de visitas tiene con la niña?

La veo cada 15 días. Protesté y me han ampliado el tiempo de 2,5 a 3,5 horas. Le llevo un regalo cada vez. Está en un centro con niños en situación grave o con minusvalías.

¿Qué esperanzas tiene?

No lo sé. Trabaja con fisioterapeutas y logopedas. También con ordenadores. Ha conseguido dar un pasito. Ha crecido muchísimo. El brazo derecho [el herido] lo mueve ligeramente. Siente todo. Me coge las manos, da besos, me mueve la cabeza cuando le hablo. Pero tiene secuelas graves, sobre todo en el habla y en la movilidad.

¿Qué relación tiene con su hija en estos momentos?

Los que la cuidan dicen que es muy inteligente. Cuando hablamos lo entiende todo. Tiene una alimentación normal, como otros niños. Va en silla de ruedas y le dan alguna vuelta por Barcelona para que salga de las cuatro paredes. Y llora cuando me voy.

¿Esperan que Alba vuelva ahora a Ontiñena?

Lo veo muy difícil. Ha hecho pequeños avances, pero en cualquier momento puede retroceder. Si viniera, tendría que llevarla a un centro lo más cerca posible, en Almacelles o Monzón.