Crece el impacto de los grandes incendios, origen del 44% de la superficie quemada

  • En la última década los grandes incendios se han incrementado un 13%.
  • La mitad de los fuegos de más de 500 hectáreas se dan por accidentes o negligencias humanas como quemas de rastrojos y pastos.
Cuatro helicópteros y medios terrestres trabajan en la extinción de un incendio forestal declarado en el puerto murciano del Garruchal, al que se dirigen efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Bétera (Valencia) y dos aviones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Cuatro helicópteros y medios terrestres trabajan en la extinción de un incendio forestal declarado en el puerto murciano del Garruchal, al que se dirigen efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Bétera (Valencia) y dos aviones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
Marcial Guillén / EFE
Cuatro helicópteros y medios terrestres trabajan en la extinción de un incendio forestal declarado en el puerto murciano del Garruchal, al que se dirigen efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Bétera (Valencia) y dos aviones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Los grandes incendios forestales suponen solo el 0,18% del total de estos sucesos, pero son origen de la quema del 44% de la superficie forestal, un dato "clave" que obliga a reorientar la lucha contra el fuego. El informe 'Bosques listos para arder', presentado por WWF, pone el foco en los grandes incendios forestales (los GIF, de más de 500 hectáreas), cada vez "más grandes, ingobernables y destructivos", ha dicho en rueda de prensa su autora y responsable de campaña de bosques de la ONG, Lourdes Hernández.

Pese a que la tendencia de la última década traza una línea descendente en la cifra total de incendios, los considerados grandes han aumentado de superficie quemada, y la media ha pasado de 1.320 a 1.700 hectáreas (en el periodo comprendido entre 1995 y 2004).

Hace dos décadas, el 25% de la superficie total ardía por la acción de los GIF, y hoy (entre 2005 y 2014) se sitúa en el 44%, ha recalcado Hernández, acompañada por el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo. En la última década, además, los grandes incendios se han incrementado en un 13%. El mencionado 44 % de superficie arrasada (entre 2005 y 2014) se incrementa hasta el 85 % en regiones como la Comunidad Valenciana, Cataluña y las islas Canarias.

Las causas de los fuegos de más de 500 hectáreas es prácticamente igual a la del resto de este tipo de siniestros, la mitad de los cuales se desatan por accidentes o negligencias humanas (quemas agrícolas y de rastrojos y pastos, trabajos con máquinas y motores, líneas eléctricas, etc.). En opinión de Hernández, supeditar el éxito o fracaso de la lucha contra incendios a las buenas o malas condiciones meteorológicas es peligroso, aún más cuando los futuros escenarios de cambio climático para España apuntan a una subida de temperaturas para finales de siglo. "Si el aumento de la temperatura global supera los dos grados, los días de riesgo de incendios aumentarán seis semanas más al año", ha explicado la responsable de campaña de bosques de WWF, que ha pedido a las administraciones autonómicas cumplir con la ley e identificar las zonas de alta vulnerabilidad o riesgo de incendios.

Más eficacia en la extinción

Aunque los medios de extinción han ganado en eficacia, el impacto de los GIF sólo podrá atenuarse si las políticas públicas apuestan por recuperar usos y aprovechamientos de los montes, que arden menos cuanto más rentables resultan para las comunidades locales. Los presupuestos públicos, además, se centran tradicionalmente en sofocar el fuego en lugar de prevenirlo, un desequilibrio que se constata tanto en la Administración central como en las autonómicas, ha afirmado Hernández, quien ha lamentado la escasa transparencia de estas últimas en suministrar información sobre esta materia.

En el caso del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, alrededor del 65% de su inversión en la lucha contra el fuego se destina a la extinción; un 23% a la prevención, y un 13% a la prevención y restauración.

Igual que las dotaciones presupuestarias para extinción del Ministerio de Medio Ambiente se han mantenido estables en los últimos diez años, no ha ocurrido lo mismo con las comunidades autónomas, que sí han recortado, ha añadido Hernández. En este contexto, ha lamentado que los fondos de desarrollo rural, que se espera asciendan a 150 millones de euros anuales para medidas forestales, continúen destinándose a lo mismo de siempre: acondicionamiento de pistas, puntos de agua, cortafuegos...

El informe de WWF incluye un plan de acción con medidas hasta el año 2018 para rebajar el riesgo de zonas muy vulnerables al fuego y que son verdaderas "bombas incendiarias", en palabras de Juan Carlos del Olmo.

Entre ellas, dinamizar el medio rural, compras públicas de las administraciones que apoyen las economías rurales e impulso de una fiscalidad favorable y acabar con "la impunidad" de los incendiarios, porque el número de condenados es "ridículo". En la rueda de prensa, el presidente de la Asociación de Propietarios Forestales de Soria, Pedro Agustín Medrano, ha pedido buscar una fórmula de reactivación y reconversión del medio rural para evitar su abandono y ha explicado el proyecto de su entidad para poner en valor los montes de socios.

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