Rosa Montero: "Hay un tremendo prejuicio contra la ciencia ficción en España"

  • La escritora y periodista publicó recientemente 'El peso del corazón', que incluye elementos de ciencia ficción.
  • Rosa Montero achaca el papel marginal del género a la "falta de cultura científica".
  • Esta novela es la continuación de 'Lágrimas en la lluvia', aunque ambas se pueden leer por separado.
La escritora Rosa Montero.
La escritora Rosa Montero.
EFE
La escritora Rosa Montero.

La escritora y periodista Rosa Montero, quien en su última novela, El peso del corazón introduce elementos de la ciencia ficción, ha lamentado que hay un "tremendo prejuicio" en España contra este género, lo que achaca en parte a la "falta de cultura científica".

Así lo ha asegurado Montero durante la presentación de su libro en Zaragoza, que ha definido como "una de las novelas más realistas" que ha escrito porque, aunque se trate de un género que permite bastante libertad, también exige una alta dosis de coherencia, lógica interna y de "rompecabezas en el que todo encaje".

El peso del corazón es la continuación de Lágrimas en la lluvia, si bien ambas se pueden leer por separado, y cuenta con la misma protagonista, la detective Bruna Hasky, un clon humano que debido a un proceso cancerígeno degenerativo conoce exactamente el tiempo que le queda de vida.

La parte de thriller y de misterio, según su autora, está "más trabada" y es "más intensa" y más "acercada a la realidad" que su precursora, del mismo modo que la parte interna y existencial está también "más lograda" hasta el punto de que ha comentado que le emocionó mucho escribirla.

Novelas de supervivencia

Sobre el lugar de este nuevo trabajo en su ya dilatada carrera como novelista ha señalado que siempre había pensado que escribía "novela de perdedores, de antihéroes", pero que en realidad se trata de novelas "de supervivencia".

De hecho, ha confesado que ha descubierto que aunque todas sus novelas parezcan muy distintas en casi todas repite una misma estructura. Esta es, un personaje "marginal, poco ortodoxo, misántropo, que no se conoce a sí mismo" que se encuentra con un prueba "muy dura" que se desarrolla a lo largo de todo el relato y, de alguna manera, la vence y, además, "termina conociéndose un poco más, perdonándose un poco más y con capacidad para ser feliz".

Así, cree que Bruna Hasky es, en lo profundo, el personaje más parecido a ella de todos los que ha escrito y El peso del corazón está entre los tres o cuatro libros suyos que más le gustan.

Ambas comparten la obsesión por la muerte, algo que ha considerado que otorga una capacidad de vivir "mucho más intensa" y, en ese sentido, ha afirmado que la protagonista de la historia "se come la vida a bocados, literalmente".

No obstante, Montero ha caracterizado a su detective como "un tigre encerrado en una jaula pequeña, la de su vida", mientras que ella misma, si acaso, es "un gatito en una caja de cartón".

Es la primera vez que repite protagonista y ha ahondado en su descripción señalando que se trata de un ser valiente físicamente pero cobarde por dentro, porque cree que los sentimientos la debilitan, es misántropa, asocial, aunque va aprendiendo a lo largo de la trama.

Otro de los aspectos que la periodista ha destacado de esta novela y de Lágrimas en la lluvia es que, al cumplir los 60 años, igual que otras personas "si tienen suerte y si tienen dinero, se compran una casita en el monte" ella decidió regalarse "un mundo", que es "la ambición de todos los escritores". "Todo novelista es un pequeño Dios", ha añadido.

Ambientada en el Madrid de 2109

El contexto, el Madrid del año 2109, una ciudad que ha dejado de ser la capital de España para pasar a formar parte de unos Estados Unidos de la Tierra, ha sido catalogado como futurista, pero la propia Montero ha expresado que no lo es tanto, ya que aspectos que se plasman en la obra, como que el hecho de poder vivir en una zona mejor o peor dependa del dinero o que incluso se pague por el aire puro en ese escenario no está tan alejado a la realidad.

Con respecto a su futuro ha apuntado que suele tardar tres años en escribir cada novela, pero ha bromeado con que quiere bajar esa marca a solo dos años porque es "muy mayor" y quiere escribir "muchas novelas todavía".

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