El Museo de Nueva Orleans recuerda la 'constante presencia' del Katrina diez años después

  • La principal pinacoteca de la ciudad organiza 'Han pasado diez años', una antología de seis artistas sobre la catástrofe del huracán de 2005.
  • La exposición reúne trabajos de vídeo, escultura y fotografía sobre el recuerdo y el desastre de una las peores y peor gestionadas tragedias de los EE UU.
  • La fragilidad del equilibrio ecológico, la muerte y la incapacidad de borrar del mapa de la memoria lo sucedido están presentes en todas las obras.
Foto de Isabelle Huyer de un canal de aguas industriales en Nueva Orleans
Foto de Isabelle Huyer de un canal de aguas industriales en Nueva Orleans
Image courtesy of the artist
Foto de Isabelle Huyer de un canal de aguas industriales en Nueva Orleans

El artista Christopher Saucedo tiene raíces en dos ciudades. En Nueva York nació y en Nueva Orleans estudió y es profesor de Arte. El 11-S de 2001 Saucedo perdió a un hermano, bombero en la primera ciudad, cuando trabajaba en las labores de auxilio iniciales tras el ataque contra las Torres Gemelas. Un poco menos de cinco años después, el artista estaba en Nueva Orleans cuando el huracán Katrina provocó el mayor desastre de la ingeniera civil de los EE UU —al sucumbir el arcaico y desatendido sistema de diques de la zona— y una de las peores y peor gestionadas tragedias de la historia del país.

En ambos casos, hubo alertas que indicaron lo que iba a suceder. Varias agencias de seguridad, descordinadas y celosas unas de las otras, alertaron de la posibilidad de un ataque con aviones de pasajeros contra Nueva York, pero nadie tomó en serio los indicios. En Nueva Orleans, tanto los guardacostas como el Centro Nacional de Huracanes y el Servicio Meteorológico Nacional avisaron con tiempo del ímpetu destructivo de la tormenta tropical, pero nadie creyó que los diques pudiesen ceder.

Mechones de lino blanco

Quebrado por ambas catástrofes, Saucedo pintó una serie de cuadros en los que convierte al World Trade Center en nubes o manchas blancas de vapor de agua. Sobre papel de algodón de color azul celeste profundo, el artista trabaja con mechones de lino blanco que convierten la arquitectura del imborrable perfil en una presencia inefable e ingrávida, dando un vuelco a las estructuras y trabajando con la emoción pura.

Los cuadros de Saucedo están presentes en Ten Years Gone (Han pasado diez años), la exposición colectiva de media docena de artistas que organiza el Museo de Arte de Nueva Orleans (NOMA en sus siglas en inglés), la principal pinacoteca de la ciudad de Luisiana, para recordar la "constante presencia" del Katrina una década después de que, a finales de agosto de 2005, el huracán casi la barriese del mapa y la rotura del sistema de más de cincuenta diques provocara una inundación destructora que afectó a casi toda el área metropolitana.

1.833 muertos

La exposición, hasta el 7 de septiembre, es un intento de seguir ejerciendo el exorcismo sobre un trauma que aún no ha sido superado —1.833 muertos y pérdidas materiales superiores a 150.000 millones de dólares—. El museo ha invitado a la media docena de artistas seleccionados porque sus trabajos, basados en "los grandes temas del tiempo, la memoria, la pérdida y la transformación", rotan en torno a la fragilidad del equilibrio ecológico, la incapacidad de olvidar lo sucedido y la cadena de fallos de gestión de la tragedia y de atención a las víctimas.

"Queríamos crear una exposición que no sólo hago los honores a este particular aniversario, sino también que considere cómo y por qué las comunidades y personas conmemoran momentos significativos en un sentido más amplio. Nos centramos en obras que incorporan importantes conceptos opuestos —ausencia y presencia, naturaleza y cultura, vida y muerte— para invitar a nuestros visitantes a considerar el momento presente como final y comienzo, una oportunidad para reflexionar sobre el pasado y también para comprometerse con el futuro", explica la directora del NOMA, Susan M. Taylor.

'Momento crucial'

Aunque los organizadores de Ten Year Gone, como dice el coordinador de la muestra, Russell Lord, entienden que una década es "solo un pequeño crisol por el cual medir los éxitos o fracasos de cualquier recuperación", el Katrina fue un "momento crucial" de la historia de Nueva Orleans que no debe ser pasado por alto de cara al futuro. La exposición aspira a crear "una serie de espacios y yuxtaposiciones que ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre  un evento catastrófico".

Willie Birch presenta dibujos y esculturas en metal creados a partir de los refugios temporales de los millones de cangrejos marinos que fueron arrastrados por la inundación y se vieron obligados a buscar asiento en lugares que no son los habituales, y Dawn DeDeaux instala columnas acrílicas transparentes de diferentes alturas y rellenas de agua para marcar los niveles de la riada y sus radicales cambios durante el impacto del huracán.

Isabelle Hayeur expone fotografías submarinas en las aguas turbias de canales industriales, donde la línea de la superficie del agua se convierte en un lugar de tensión, a la vez una amenaza y un señuelo, que nos recuerda la fragilidad del equilibrio ecológico, y Spring Hurlbut presenta el vídeo Airborne, donde el artista aparece en pantalla ante un fondo negro con una máscara antigás y abre un recipiente del que libera la fina ceniza de los restos cremados de conocidos fallecidos, entre ellos el padre del artista.

Finalmente se exponen fotos de Nicholas Nixon, que ha fotografiado a su esposa y las tres hermanas de ella durante cada año desde hace cuarenta. El "tira y afloja entre la ausencia y presencia, lo visible y lo imaginado" da a este proyecto un "crudo poder emocional" muy apropiado en el caso de Nueva Orleans.

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